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domingo, 27 de febrero de 2005

Mis adorables vecinos

Sería lógico pensar que soy xenófobo, como decvlara el 99 % de la población. pero empiezo a dudarlo. Así que no entraré en este debate, sólamente os hablaré de mis vecinos. Los del piso contiguo a mi habitación.
Viven apilaos, no se cuantas personas: seis? ocho? De todos ellos sólo hay una mujer, que yo creo que es la que ha alquilado el piso y que es laúnica española. No sé de qué país serán. Es más no creo que sean de un único país. Esta embajada de países del este han sido bautizados por la finca por "estos putos rumanos", sin ser por ello rumanos. A mi me parece que hay alguno portugues, yugoslavo (croatas, serbios y montenegrinos) y puede que algo más hacia rumanía y Albania, pero la verdad es que no iré a preguntar.
Por qué todas estas pesquisas? Este interés por reconocer nacionalidades?
Porque por las noches reunidos en asamblea se esfuerzan en colarse en mis sueños hasta el desvelo; los muy criadores de cerumen no saben mantener un volumen acorde a la hora y berrean en arameo, discuten por Dios sabe que, o por sabe tu que Dios, cada uno en su idioma, a ratos en uno, a ratos en otro, luego el sielencio, luego uno empieza sus suplicas cantadas, a modo de cantautor israelí, luego de nuevo el silencio, luego viene la música a toda virolla. Es siempre el mismo CD, exportado de algún país de los suyos, por las canciones yo diría que es más tunecino que otra cosa. Hasta la saciedad el CD vuelve a sonar una y otra vez, nunca al mismo volumen, este sube, luego baja, con el fin de mantener la atención del vecindario, y que nadie se nos duerma. Esta música que indiferentemente suena de día que de noche, lo hace en un reproductor de alta potencia, que inmisericordemente debe estar pegado a la pared de mi habitación, y yo juraría que con los altavoces girados hacia ésta.
El caso es que ya he probado ir a la puerta a eso de las 2 A.M. y decirle que por favor bajen el volumen. Claro, cuando ha sonado el timbre ha bajado ya el volumen, Vuelvo a mi catre, y al rato alguien sube el volumen a toda virolla en décimas de segundo, se oye un grito, baja el volumen, y se ponen a gritarse de nuevo en arameo; no tengo problemas ante la música, lo que me jode es que no me dejen dormir. ¿Voy a decirles que no griten? Esperaré a que amaine el temporal, y amaina, y al rato vuelve a subir el volumen con la misma música a la que por condicionamiento clásico le he cogido tirria, y alguien se pone a chocar sus pulgares con su dedo corazón al ritmo de la música intentando que se oiga. Ese sonido también le he cogido cierta tirria, porque encima lo hace fatal, y me lleva a imágenes de pervertidos avidos de sexo rápido, y me lo imagino, incorporado hacia adelante, con la lengua bajo el labio inferior, jaleando en su imaginación cualquier voyerismo sexual.
He probado también a llamar a la policia, que me dijo que se pasaría (aunque no se pasó. Desde aquí un agradecimiento a las fuerzas del orden). Y me mandó a una junta de vecinos para quejarme del ruido (en seguida me vino a la memoria las del Sr Cuesta) y una denuncia en el juzgado, y entonces me viene a la cabeza las denuncias que prescriben por negligencia o porque el tiempo pasa.
Entonces, en mi insomnio me vienen las mil putadas que nunca haré; y por eso necesito contarlas. Que a propósito, recuerdo una película que hablaba sobre un vecino que hacía la vida imposible a los suyos.
1ª Comprarme ese fabuloso disco "revenge" que venden ya en Francia con sonidos de orgasmos, de lloros, de taladros y ponerlos en mi pobre aparato de música las noches que yo no vaya aestar en casa. No me voy a joder tambien mis sueños.
2º La noche que no esté, o aunqeu esté, bajar al timbre de abajo y poonerles celo sobre su boton del timbre para que este no deje de sonar, no cuando suene la música, sino cuando estén durmiendo.
3º Aprovechar cuando ellos no estén para bajar a los contadores, de los que ellos no tendran llaves seguro y cortarles la luz por varios sitios, no bajarles el piloto, sino cortarle los cables
4º Cuando no estén saltar por mi balcón al suyo, nossepara un breve cristal y cogerles el aparato de música y tirárselo por el balcón, o al menso cortarle mil cables, que no vuelva a funcionar
5º Meterles una reata de cucarachas por debajo de la puerta
6º Coger un perro de estos callejeros grande, y cuando no estén, saltar de nuevo por le balcón, entrar en su casa, abrirles la puerta, y meterles el perro dentro.
Luego, con la imaginación me tengo que conformar, y el día siguiente levantarme y escuchar el silencio de su resaca.

viernes, 25 de febrero de 2005

Aprendiendo a andar

Ayer estuve aprendiendo a andar.
Hecho la vista atrás y me da la sensación de que hace un siglo que pasó todo. El tiempo pasa tan lento y tan rápido.
Era un martes 21 de diciembre cuando mi vida decidió que ibamos a andar otros caminos (que ironía "andar" otros caminos. Fue ponerse a jugar, sudar como un gorrino, romperse el tendón, pensando que era un calambre y hospital, ... escayola hasta la cintura, y te vamos a operar, y mi vida se para, y la de los demás sigue. Cambio de planes: olvídate de hacer esto, lo otro, y lo de más allá, y mira desde esta nueva posición que es lo que puedes hacer. El optimismo lo espoleo para fuera, no me gusta que me vean mal, y siempre he preferido dar envidia, en lugar de pena. Aún sin embargo fastidiaban los comentarios: que si mira con que zapatos juega, que si ya no estás en edad, que a quien se le ocurre ponerse a correr.
Empieza una odisea por las cosas más simples: mear, peinarse, afeitarse, lavarse la cara, ducharse.
El día 23 operación, anestesia local (epidural) y 40 grapas. Miedo, mucho miedo al dolor, que luego nunca llegó.
Calmantes durnate la noche y las Navidades en la Fe. No era así como hubiera planeado pasar mi primera nochebuena junto a Eva
Luego y antes: mil visitas.
27 de diciembre, alta del hospital y a dormir a casa con un Neofrack (una funda a modo de escayola con cremallera, por encima de la rodilla), y las muletas riéndose de mi y de mi torpeza, sobretodo a la hora de subir escaleras.
3 de enero aparecemos por la mutua creo que en la primera salida de casa desde que subí el 27, 7 de enero volvemos a salir de excursión, de nuevo a la mutua. Además se le ocurre al bueno del médico quitarme las grapas y a funcionar. Todo va mucho mñas aprisa de lo que me habían contado
18 de enero. El médico considera que llevo demasiado tiempo el neofrack y decide quitármelo, dtodo de golpe. De llevarlo tapado hasta la rodilla, a quitarmelo todo, a cambio, me intenta venderme un calcetín ortopédico, que lo único que hará es abrirme la herida. Además no tengo flexibilidad en la rodilla. Mi talón dista mucho de llegar al culo y cuando lo intento veré las estrellas. Pero a fuerza de insistir todo llega
24 de enero. Voy sin tener visita, porque lo del calcetín no es normal, así que cambieme el asunto. La solución: No te lo pongas. A cambio me receta un alza para unos zapatos (un tacón vamos), y me emplaza ál día 31.
31 de enero. Me envía al fisio, que emoción. Un taxi vendrá a buscarme todos los días para hacer rehabilitación. En 15 días he conseguido una flexibilidad en el pie que no me imaginaba. Casi los 15 días han sido los mismos ejercicios: Movimientos sobre la camilla, y patinete y maquina de coser. Los dos primeros días también hubo ultrasonidos, pero ya. Luego a la semana fue el mismo fisio el que se apoyaba sobre mi pie para hacer fuerza.
24 de febrero. Vuelta al médico, ermpieza la cuenta atrás, me quita el taxi. A partir de hoy mis viajes serán en transporte público, me quita una muleta y me quita el tacón que hace casi un mes llevo. Y me cita de nuevo para el 16, me adelante que ese día me dará el alta (todo está por ver). En estos 15 días de fisio he recuperado 15 grados el pie. Ya me coloco en 85 º, cuando se puede considerar normal los 90 grados, aunque la gente llegue a los 110. 15 días más 15 grados más. A ver si es posible.
En esta nueva etapa de fisio que empecé ayer hemos empezado un ejercicio nuevo, y es que me ha enseñado a andar. Me paso casi una hora entre dos barras, cruzando 5 metros a un lado y a otro: apoya el talón, la parte exterior del pie, la punta, levanta el talon del otro pie, la planta, la punta, el cuerpo va con el pie... Todo es tan suave, y tan difícil, tengo que dejar de hablar para ocncentrarme en mis pasos. Incluso mientras voy moviendo los pies los ojos se me acristalan y cae alguna lágrima en el parqué, mis calcetines la borran y sonrío, como intentándome esconder que la lágrima era mía, mientras una chica, sentada junto a la barra recibe calor profundo mientras sigue con la mirada mi paso. No sé si se ha dado cuenta de la lágrima; yo no la he mirado, para no cruzarme con su mirada.
No me duelen los pasos, me duele ver que aún tengo tanto por aprender y que las cosas más sencillas son las que cobran más importancia.
Hoy ya he ido en tranvia y metro. Toda una odisea, el paso pausado que me aliena del gran grupo de peatones. No hay prisa, no hay carreras, no hay miradas al fondo, sólo una que sigue mis pasos. En el metro, una señor mayor y algo retrasado me cede el sitio. - No hace falta - le intento decir, pero el hombre ya se ha levantado. No era una pregunta, era una afirmación. En el metro más de lo mismo, una mujer mayor se levanta para cederme el sitio, con celo para que no sea otro/a quien ocupe ese lugar. Me siento inválido por el gesto; ella lo intenta disculpar con un "yo me bajo en la próxima parada".
El viaje de vuelta no fue igual, no hubo misericordia, nadie vio mi muleta entre el montón y si la vieron nadie hizo por apiadarse. Entonces si que andaba cansado del viaje de ida y de la rehabilitación, además llueve y hace frío. Sin embargo mi paso sigue siendo el mismo, un paso sin prisa, un paso pausado, con la mirada siguiendo mis pies, mientras otra lágrima, esta vez disimulada por la lluvia, vuelve a caer frente a mis pies.


jueves, 24 de febrero de 2005

la fragilidad del ánimo

Sólo se preocupan de las nimiedades aquel que no tiene otra cosa de la que preocuparse.
Estar parado, como lo estaba L'amo Joan a ses Sitjoles, en una esquina, sentarse y ver pasar la gente, ver la cara de la gente, hacia dónde va o de dónde viene, incluso adivinar las intenciones en su rostro, da la oportunidad de fijarse en los detalles de las cosas. Eso supone un arma de doble filo, porque además de ver todo lo bueno, se ve todo lo malo, y todo cobra magnitud. Sentarse ne un parque y ver que viene un niño a tocarte y se va, me pone la piel de gallina hasta casi hacerme llorar. También una llamada que esperaba y no ha llegado, me pone tristísimo, aunque no esperase que me fuese a contar nada en especial.
Mi ánimo, como lo está mi pierna, se ha visto debilitada y se ha hecho frágil como mi tendón. Me preocupan las mayores chorradas, me alegro por las tonterías más grandes, me agobio por nimiedades.
Habrá que cambiar de actitud, y saberse sentar a la orilla del camino para ver como pasa la vida, sin acritud ni envidia, sonriendo a quien lo necesita, y a quien nadie le ha echado cuenta. Habrá que aprovechar lo bueno de estar sentado para sacarle todo el jugo a la vida

miércoles, 23 de febrero de 2005

La Toñy

El otro día, abandonado a mi suerte delante de la Televisión, vi que iban a echar "Todas las azafatas van al cielo". Cualquiera en otra circunstancia hubiera seguido haciendo zapping, pero me detuvo el rostro de Ingrid Rubio, una actriz de la que me enamoré en la primera película que vi suya, era la de "Más que amor, frenesí". La película no debía valer mucho, ni aquella, de la que no recuerdo el argumento, ni esta, una produccuión hispanoargentina. Había visto también de la actriz "Taxi", pero nada que ver con la chica de la que me enamoré. El caso es que se despertaron mis feromonas y me quedé viendo la peli que ibas a poner en "versión española". Y apenas llevaba la película unos fotogramas dije: Ostras, pero si es la Toñy!!!
A la Toñi la conocí en circunstancias parecidas a las que conocí a Philo. Seguramente unos cuantos años más tarde, creo que debió ser allá por el 89, pero bien pudiera ser que me equivocara. La Toñi era aún más tímida que yo, mostraba una palidez muy similar a la mía y eso hizo que sintiera una atracción hacia ella, pero sin palabras, sólo con miradas, todo resultaba muy difícil. entonces, apurando la valentia que da el no tener al adversario delante, y con la excusa de mi atracción hacia lo "profesional", le escribí. Eso si lo recuerdo, era diciembre de 1989 y ella incluso tuvo la osadía de contestar. Eramos capaces de decirnos a través del papel las cosas que nos costaba tanto decirnos a la cara. Algo aprendí esos días de taquigrafía e incluso pude analizar a la susi o al toni a través de los dibujos que me enviaba. Su correspondencia no llegó a ser tan grande como la de Philo, pero si fue fluida mientras duró. Algunos veranos más nos vimos, con algún encuentro o algún campamento; poco a poco se iba colando en mi vida, dando la impresión de que había formado mucho tiempo parte de ella.
Yo si tuviera que elegir a alguien que creyese que se pareciera a mi, la elegiría a ella, entre todas las personas que conozco. El destino nos ha querido juntar muchas veces después de aquella primera vez. Algún otro encuentro en ciudades despobladas, fiestas hippies en ciudades históricas, durmiendo en los mismos montes...
El caso es que cuando quise darme cuenta la película llevaba 50 minutos de proyección y yo sólo había podido ver como Ingrid de una estacada me había llevado 15 años atrás, y me veía de nuevo aquí, en la Valencia del 2005 de la mano de ella, de mi Toñy.

lunes, 21 de febrero de 2005

la oración del corazón

Los seres humanos utilizamos un porcentaje muy pequeño de nuestra capacidad cerebral. sin embargo, si nosencontramos en situaciones cargadas de emotividad, como puedan ser traumas físicos, situaciones límites, de peligro, de alegría, de miedo; en situaciones de profunda meditación, de repente, nuestras neuronas empiezan a dispararse como locas, lo cual da como resultado soluciones notables a problemas que en apariencia parecían insolucionables.
Es lo que los gurús llaman conciencia superior
los biólogos estados alterados
y los psicólogos hipersensibilidad.
Los cristianos lo llaman oración
A veces, las revelaciones divinas sólo significan que se ha adaptado nuestro cerebro para escuchar lo que nuestro corazón ya sabe.
"Cada uno de nosotros es Dios - dice Buda- Cada uno de nosotros lo sabe todo. Sólo necesitamos abrir nuestras mentes para escuchar nuestra propia sabiduría"

jueves, 17 de febrero de 2005

El tendón de Aquiles

No nos damos cuenta de lo que necesitamos cada uno de los músculos que tenemos en le cuerpo hasta uqe nos falta
Sé que no es ninguna verdad descubierta por mí, pero a propósito de los casi 60 días que llevo sin poder andar como Dios manda, pues me he fijado en lo que implica a veces la carencia de una mierda de tendón.
Mi primera dificultad era la de saber como iba a ir al WC sin apoyar una pierna que debes llevar estirada. Sé que miles de personas se ven en la misma circunstancia cada día,pero seguro que no son tan torpes como yo, y lo importante no era tanto sentarse sino levantarse.
La segunda de mis dificultades fue aprender a andar con muletas. A subir y bajar escaleras con el pie tieso (quizás no sea difícil, pero no olvideis que yo soy torpe de cohones)
Pero a todo se acostumbra uno. Esta claro que el mundo no terminaba ese día, así que hemos ido haciendo.
Otra de mis grandes dificultades ha sidola de mezclar enfermedades, por que... ¿Quién no ha pasado un atisbo de gripe estos meses? Pues yo no quise ser menos. Y ahi estaba yo, con mis manos ocupadas en las muletas y los velones cayéndome de la nariz, sin poder hacer dos cosas a la vez.
Pero la prueba de fuego la tenía cuando iba a estornudar, a veces casi sin previo aviso... Como un aviso de bomba eso suponía dejar caer las muletas, apoyarme en la pared y ampararme al primer santo que me viniera a la cabeza. Entocnes aparece el terremoto. Estornudo a la pata coja, y a volver a reponerse, recoge las muletas como puedas y a andar.
Ahora si me preguntan cual es el miembro más importante del cuerpo no tengo dudas en decir que son las piernas, porque estas también te anulan los brazos, que se ven prolongados en muletas y que impiden llevar cualquier cosa.
Pero esa es mi opinión.
Ayer me dí cuenta que no era así. Llegó al centro de salud una sordo muda, llevaba un esguince en la muñeca, algo que parece lo más trivial del mundo. Pues a la chica le habían hecho una desgraciada, porque no podía decir ni lo que le dolía. Es verdad que venía con otro chico que entendía el lenguaje de los signos, pero es que la chica, además de no poder escribir, tampoco podía hablar con las manos.
Y es que hay que joderse con los miembros del cuerpo

miércoles, 16 de febrero de 2005

Philomeno

A Philomeno lo conocí cuando mandar una carta dentro de españa costaba 17 pesetas. Que es como hablar del siglo pasado, o más de media vida atrás. Era Agosto de 1986. No teníamos nada en común (bueno, algo tendríamos, pero no mucho), ni tan siquiera me fijé en él, ni él en mí. Eramos dos personas que habían coincidido en el tiempo y en el espacio. Lo recuerdo junto a otro tipo, un tal Sebas, en el que quizás si me fijé. Entablaríamos una o dos conversaciones en esa semana en el que el tiempo nos juntaba, y luego si te he visto no me acuerdo.Yo soy un chico tímido, prefiero las distancias largas; así que cuando llegué a casa (bueno, no el mismo día que llegué) me decidí a adentrarme en el fabuloso mundo de los mails, pero en el manual. Nunca había escrito una carta, y nunca me la habían escrito a mi, si exceptuamos propagandas varias con el "franqueo pagado". Así que mi primera carta se la escribí al tal Sebas; y casi por inercia la segunda tenía que ir a su amigo Philomeno. Tuve que escribir un par de cartas más a ambos para darme cuenta que Sebas nunca me escribiría, y que la paciencia tenía que convertirse en una de mis armas, si quería esperar la correspondencia de Philomeno... Pero llegó. Aún recuerdo la primera carta, totalmente insustancial, escrita en un folio, doblado par formar un avión de papel, y con una letra casi ininteligible, parodiando a Suarez (si, si, habéis leído bien... "Puedo prometer y prometo, que con toda seguridazzzzz"). Pero lo que son las cosas, a la primera carta le llegó la segunda y a la segunda la tercera. Y lo insustancial empezó a coger sustancia. Volvimos a emplazarnos un año despues, en el mismo lugar y a la misma hora, como si fueramos secretos enamorados, y fluyó de nuevo, no sin una seria dificultad, la correspondencia. Así nos fuimos viendo, ritualmente, sin faltar ni una vez, cuatro años. Las cartas también fueron apareciendo y encontré al amigo que necesitaba. Una persona lejos, que no me juzgara por lo que le pudiera contar y que me supiera escuchar. El amigo perfecto para contarle lo que a nadie más le podía contar sin necesidad de mirarle a los ojos ni avergonzarme. Y así se fue convirtiendo en mi confidente. Quizás mi adolescencia se pueda encontrar mejor expuesta en casi 100 cartas que le habré escrito (creo que no he exagerado, el número es aproximado). Sin embargo cuando nos veíamos la relación se convertía en más... tímida.A partir de los años noventa, la relación creo que cambió, nos fuimos viendo un poco más, alargando nuestros relatos, y teniendo más cosas en común. Creo que había más complicidad. Se había convertido en algo más que un hermano, lejos de ser uña y carne, si empecé a sentirme con él, acogido (buscaba una palabra que no estuviera gastada por el uso).Hemos vivido desde entonces muchas cosas juntos, quizás media docena de veranos, luego andamos juntos de su casa a la mía, viajamos a los Madriles, a Estrasburgo, Son del Puerto, Nogeras, Albarracín,... Nos despedimos cientos de veces en aeropuertos y cientos de veces nos volvimos a reencontrar, compartimos asociaciones e interesesm, nos conocimos amores y desamores, encuentros y desencuentros. Y lo que son las cosas, incluso compartimos en alguna ocasión asiento en la universidad, antes habíamos compartido el mismo asiento en Mestalla, y mesa en su casa, y en la mía.Y sin embargo recuerdo alegrías, pero no tristezas a su lado.
En fín, Más de media vida juntos.
Ahora pienso que tenemos más cosas en común de lo que creía al principio.Sin embargo cuando lo veo sigo sintiendo esa vergüenza que decía, al principio, quizás no la misma vergüenza, pero una similar, porque si antes era por saber que tenía frente a mi a la persona que entonces más sabía de mí, ahora la que tengo es una vergüenza agradecida, de saber que si él, mi vida no sería la misma.Gracias

martes, 15 de febrero de 2005

Mis cien amores

Dice Javier Krahe en una canción que ha titulado "Abajo el Alzheimer" :

Sí, que los recuerdo, fueron los mejores,
con muchos detalles y vivos colores
aquí van las cuentas de mis cien amores.
Veamos si tengo o no memoria.
Y me dió por pensar en mis cien amores, aquellos que fueron y los que no fueron y pudieron haber sido, incluso aquellos en los que ella ni tan siquiera se fijó en mi, pero no por ello dejé de quererlos.
Y ahí van las cuentas de mis cien amores.
La primera, la que despertó en mí, mi corazón se llamaba Nuria, y digo el nombre, porque no recuerdo tan siquiera cual era su cara, pero si recuerdo que me enamoré, le escribí cartas de amor que nunca le llegué a dar. Sólo recuerdo que era diestra, porque cuando pretendíamos escribir los dos a la vez, ella a mi izquierda y yo a su derecha, nuestros codos no dejaban de jugar.
A la segunda de mis amores la recuerdo subida a un árbol, sin el menor pudor, mostrando todo lo que podía enseñar. Ella fue quien le dijo a su hermana que yo le gustaba, y esta hizo lo que fuera para que yo lo supiera.
La tercera de mis amores la recuerdo paseando a mi lado, por su casa de campo, y dejándome despedazar sus muñecas.
La cuarta también fue platónico, como todas las anteriores, lo que no dice mucho a favor de mi decisión. Quizás su mirada, cuando no era a mi a quien miraba, o el deseo de querer lo que no era mío. Tampoco nunca le dije nada, pero busqué todas las coincidencias posibles que me aseguraran que el uno y el otro habíamos nacido para estar juntos.
La quinta de mis amores no la elegí yo, sino que la eligieron por mi. Y yo acepté, como no podía ser menos. Era necesario, para estar ahí, no estar solos. Y mis amigos se cuidaron de que yo no andara solo, porque ellos ya andaban emparejados...
Y no tenía aún 13 años
.... CONTINUARÁ

lunes, 14 de febrero de 2005

Origenes

Asi se llama el libro que me estuve leyendo estos días. Es de un libanés, un tal Amin Maloouf. No había oído hablar del libro a nadie antes de leérmelo, ni después de leído, y no sé en que se inspiraron para regalármelo.
El libro, lejos de ser un thriller de acción, es una obra biográfica, donde un hombre, una vez muerto su padre, se preocupa por descubír los orígenes de su familia. Y eso es todo. No hay más misterio.
Sin embargo me ha gustado por dos razones. La primera es que me he visto muy identificado con el personaje en la búsqueda de datos de su familia, como en mi búsqueda de información para la tesis. A veces de modo adecuado, y otras veces, sin exito...todo se puede haber esfumado.
La segunda de las cosas es la idea de la "Historia". Tengo claro, que principalmente, la historia sirve para conocer el camino andado y no volver a caer en los mismos errores, o si caemos, saber como solucionarlos, pero sobre todo, como dije en la presentación de mi memoria de investigación, sirve para "jugar a ser Dios". Tenemos los historiadores (entre los que, con mucha desfachatez, me incluyo) la posibilidad de resucitar a los olvidados, a los ya muertos. No sé donde he leído que uno no se muere hasta que no se muere el último de sus recuerdos. Los historiadores, con apenas un periódico y un desfibrilador de esos, a modo de lápiz y papel, somos capaces de resucitar ideas y personas enterradas en lo más profundo.
Al hilo de esto, el libro también me aporta una idea más. Habla de que apenas 1 de cada 1000 personas conoce el nombre de sus 8 bisabuelos. Yo no conozco el de ninguno, ni tan siquiera sé a que se dedicaron (y eso que conocí a dos). La otra ídea es la de un libro del que habla, un libro sin muchas copias, titulado "El arbol...". El árbol, una pequeña enciclopedia de los miembros de su familia, con más o menos información. En mi familia no hay grandes genios, pero no por ello merecen no ser recordados. Me parece una estupenda idea. De momento, como preámbulo, le sugerí a mi padre hacer un árbol genealógico de mi familia, de la que ni tan siquiera conozco el escudo (aunque tampoco me hace ninguna falta). Y ahí lo tengo:... trabajando.

domingo, 13 de febrero de 2005

Para empezar

Después de ver los bloggs que frecuentaban "El orador de los soles" y "Philomeno", me he decidido a crear el mío, pensando que esto sería más fácil.
Puede que me esté aburriendo, puede que tenga cosas que contar cada día, o puede que aún me pueda la curiosidad.
Sea lo que sea, me doy cuenta que para los campos en los que "no tengo ni idea", además de arrasar con mi autoestima, y dejarla por debajo de la de Kafka; tengo muy poca paciencia. Si a eso se le añade, como el que no quiere, que las instrucciones las vamos a dar en inglés... Me motiva más dejar el ordenador y ponerme a leer.
Pero bien, en cabezonería, estoy equipado, así que insistiré un poco en esto del blogg, y a ver si poco a poco le voy cogiendo el tranquillo.
De momento va esta primera impresión
¡¡¡Estoy es muuuuuuuuuu difícil!!!