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jueves, 23 de febrero de 2006

Tan grande y tan pequeña

Cuando la vi y ella me miró y lentamente se le dibujó una sonrisa en los labios supe que podía acabarse el mundo, porque mi vida ya había cobrado sentido.
como quien no tiene prisa por vivir se levantó y me cogió suavente la mano. Hacía tanto tiempo que no sentía el contacto de unos dedos acariciando los míos.
Me miro a los ojos y me dijo: "¿Nos vamos?"
Yo con la otra mano me sequé la lágrima que se me había depositado en un ojo. Le apreté la mano y le dije "Vamos".
(...)
Esta tarde estábamos viendo una película mientras el sol invadía nuestro comedor. El tiempo parecía no tener prisa por pasar, y al calor de las horas ella se levantó, como un gato acurrucó su cara cerca de la mía en busca de algún beso robado y se arrebujó entre mis brazos., tumbándose en la sombra que mi cuerpo dejaba tumbada en el sofá, apoyó su melena en mi brazo y se llenó de paz.
(...)
Eran ya más de las 5 cuando me desperté. Ella seguía dormida. Ninguno de mis movimientos la despertó, ni mis palabras, ni mis besos que le invadieron la cara, ni las cosquillas, provocaron más que sonrisas, movimientos apartándome, y... nada más.
(...)
Ella seguía dormida, andaba inconsciente, pero sonriente, agarrada de mi mano, con los pelos al viento, se reía y me miraba, y yo llenaba de alegría a espuertas mi vida.
Luego se dejó desvestir. Hacía tanto tiempo que no desvestía a nadie que las manos me temblaban cada vez que desabrochaba uno de los botones de su camisa, me sentía torpe al bajar la cremallera de su falda, al cogerle los pies, para quitarle los zapatos
(...)
Se que llego tarde, muy tarde, me he hecho muy mayor y ella tan pequeña; pero despierta en mí aquello que hacía tanto tiempo... que no recordaba, o quizás nunca tuve
Llegó una estrella a mi vida y la llenó de luz

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Esto es precioso

Anónimo dijo...

Has escrito cosas bonitas, pero muy pocas, o ninguna como esta. (Lo dice uno que lleva casi 20 años leyéndote)

3 besos