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miércoles, 15 de noviembre de 2006

Si tengo un amigo

Si tengo un amigo, no me importa, ya no,
Que hombres o dioses me agravien, me maltraten.
Sus palabras bastan como estrella para mi viaje.
Lo valoro con sosegado elogio.
Si tengo un amigo, no codicio el oro,
Ni la dote real para complacerle,
Sólo me siento con él y le ofrezco mi mano.
¿Supera la riqueza el tesoro acuñado?, pienso.

Si tengo un amigo, sólo codicio el arte,
Una llama pura blanca que me busca mientras trazo,
Con letras torcidas de un corazón palpitante,
El himno a la belleza escrito en su semblante.
Aunque con ansiedad he buscado desde que nací.
Sólo eso pude aprender en esta tierra.
Es el ofrecimiento de lo que sé:
Dar consejo para comprar un enemigo.
No encuentro más que verdades fortuitas
Clavadas como zumbidos en mi mente:
Disolver una ampolla, quemar una vieja carta.
Y el joven dijo: “háblanos de la amistad”
Y él respondió diciendo:
“Tu amigo es la respuesta a tus necesidades.
Es el campo que siembras con amor,
Y cosechas con agradecimiento.
Y es tu tabla de salvación y tu hogar
Para que llegues a él hambriento
Y encuentres en él la paz”.

Escrita por un anónimo enfermo de SIDA

2 comentarios:

libertad dijo...

...Es el campo que siembras con amor...preciosas palabras.

Unknown dijo...

Es conocida la lección de que a lo largo de la vida comprobamos que tarde o temprano aquello que tiramos como un boomerang vuelve, aquello que dimos regresa, cada entrega que aportamos al mundo, a otros, da su vuelta hacia nosotros a veces multiplicada en intensidad y formas, pero debemos entender algo también , A la larga la gente se termina comportando contigo
como tú te comportes con ellos