Noticia


viernes, 30 de junio de 2006

jet lag

Como aquel que aterriza sin saber muy bien donde
como aquel al que le caen tortas y no sabe porque
como aquel al que le roban la piruleta y no sabe de quien
así te recibo, desconcertado, desorientado y desentendido.
Sin esperarte llegó tu mensaje
y tras tu mensaje llegaste tu.

Felices vacaciones

jueves, 29 de junio de 2006

De niños tenemos la clave de casi todo.
Lo malo de ser adulto es que nos llenamos
de esquemas que dificultan nuestra capacidad
de disfrutar de los momentos que nos toca vivir.

Pedro Barceló

sábado, 24 de junio de 2006

Historias de un batería


Ayer terminé de leerme este libro de Pedro Barceló: "Historias de un batería". Pedro Barceló ha tocado la batería con infinitud de grupos (primero propios y luego como "mercenario", como batería de sesión): Niña Pastori, Miguel Ríos, Jorge Drexler, Pedro Guerra, Olga Román, Ketama, Juan Perro, Esclaredidos, Rosario, Cómplices, Duncan dhu, Víctori Manuel, ... y sobre todo con Sabina. Por este último, básicamente, me compre el libro, y básicamente por ello lo he devorado. Y quiero hacer una pequeña recensión, de un libro muy simple, muy humilde y muy fácil de leer.
Pedro nos cuenta, entre anécdota y anécdota aquellas cosas que ha aprendido delante y detrás de una bateria, a modo de apuntes autobiográficos, nos da pinceladas de pequeños capitulos de su vida donde el pudo aprender algo. Pedro entre Clinics y conciertos, en silencio observa y se deja enseñar, con pequeñas sentencias, unas veces propias y otras veces ajenas, nos introduce a pequeñas columnas que también podemos leer bajo el epigrafe "on the road" en la revista "Todo percusión".
No encontraremos nada más en el libro, más que una pasión, los ritmos provocados por la bateria.
A modo de conclusión, un párrafo digno de copiar:
"En mis clínics siempre digo que mantengáis el espíritu desenfadado de los niños y que os toméis el tocar como lo expresan los franceses y los ingleses: jouer, to play : como un juego.
Tocar y jugar con la bateria es lo que hice cuando empecé. Ahora con bastantes más años me siento delante y no olvido aquella sensación de la primera vez. Al niño se le enseña jugando, por lo tanto una cosa no va reñida con la otra. Si sufrimos para aprender, con el tiempo morirá el estímulo y el desarrollo se convertirá en un almacenaje de datos. Si jugamos el crecimiento será completo, estimulando no sólo la mente sino también la creatividad y la imaginación"

viernes, 23 de junio de 2006

jueves, 22 de junio de 2006

De la muerte

Anoche, mi esposa y yo estábamos sentados en la sala hablando de las muchas cosas de la vida. Estábamos hablando de la idea de vivir o morir.
Le dije: "nunca me dejes vivir en estado vegetativo, dependiendo de una maquina y líquidos de una botella. Si me ves en ese estado, desenchufa los artefactos que me mantienen vivo".
Ella se levantó, desenchufó la televisión y me tiró la cerveza.

¡Que hija de la gran puta!

martes, 20 de junio de 2006

Pajas mentales

¿Por qué le damos tantas vueltas a la cabeza?
¿Por qué pensamos en que estará pensando el otro?
¿Por qué nos hacemos tanto daño con nuestras propias respuestas?
¿Por qué queremos saber de los otros lo que ni los otros saben de ellos mismos?
¿Por qué nos complicamos tanto la vida?
¿Por qué nos obsesionamos tanto por una respuesta?

Siento la indiferencia;
siento no haberle dedicado tiempo
a regar nuestra amistad.
Es una cuestión de prioridad;
no es ni enfado ni indiferencia,
ni que no me importes;
es que me vuelco en otras cosas
que ahora mismo en mi vida
me parecen más vitales.

Y sobre todo,
siento que te hagas
tantas pajas mentales

lunes, 19 de junio de 2006

Mi chocho (recuperado)


"Es que no mojo ni en las despedidas de soltera...
A este paso lo tendré que llevar a un cursillo de reciclaje
antes de que me caduque del todo
y me lo cierren los de Sanidad"

domingo, 18 de junio de 2006

Ausencia

¿Quién menoscaba mis bienes?
¡Desdenes!
¿Y quién aumenta mis duelos?
¡Los celos!
¿Y quién prueba mi paciencia?
¡Ausencia!
De este modo en mi dolencia
ningún remedio me alcanza,
Pues me mata la esperanza,
desdenes, celos y ausencia.

¿Quién me causa dolor?
¡Amor!
¿Y quién mi gloria repugna?
¡Fortuna!
¿Y quién consiente mi duelo?
¡El cielo!
De este modo yo recelo
morir deste mal extraño
pues se aúnan en mi daño
amor, fortuna y el cielo.
¿Y quién mejorará mi suerte?
¡La muerte!
Y el bien de amor, ¿quién lo alcanza?
¡Mudanza!
Y sus males, ¿quién los cura?
¡Locura!
De ese modo no es cordura
querer curar la pasión,
cuando los remedios son
muerte, mudanza y locura.
M. Cervantes
Don Quijote de la Mancha

sábado, 17 de junio de 2006

Discusiones

llamadme vanidoso, pero siempre que he discutido con alguien,
en esas pocas ocasiones siempre he creído tener yo la razón;
y si no hemos discutido, me he muerto pensando lo equivocado
que estaba la otra persona, y que pocas luces para no ver "la verdad";
"mi verdad".
Con ella, la mitad de las veces andamos a uñas, tirándonos cuchillos;
creo que tiene debilidad por hacer de cualquier detalle una discusión
y yo como un novato entro a todas, o por no mentir, a casi todas.
La mitad de las veces ella no reconoce que se haya equivocado
(pero de esas no hablaré ahora).
La otra mitad de las veces, aunque yo no las reconozca, y siga discutiendo
me avergüenzo por dentro, agacho la mirada,
y me justifico en el único derecho que me ampara,
el derecho a equivocarme.

Todo esto me ofrece otro derecho
el derecho a aprender de mis errores
el derecho a levantar la vista
y dejarme orientar por los demás
ver el horizonte y
rediseñar el camino por el que voy

viernes, 16 de junio de 2006

Carpe Diem


Si fuesemos capaces de ser claros, de no filtrar nuestras palabras en un alud de pensamientos.
Si nuestras pensamiento fluyera en palabras sin control, sin juez ni filtro, como el agua que brota de un cubo agujereado.
Si fuesemos capaces de ser coherentes entre lo que pensamos y decimos, quizás entonces seríamos más felices, quizás nos tocaría escuchar cosas que no queremos escuchar, pero tendríamos muy claro que somos claros, y que los demás lo son con nosotros, tendríamos claro que las personas son como las vemos y no como creemos, dormiríamos tranquilos y no desaprovecharíamos la ocasión de poder vivir. No nos moriríamos con el "lo que pudo haber sido y lo que nunca será", al menos porque no me atreví.
Ser claro supone darse más golpes pero no dejar de hacer lo que uno siempre quiso.
Ser claro supone ser más vulnerable, peor más fuerte a la vez.
No hay trucos...
ser claro supone beberse la vida a borbotones
aprovechar el momento
y saber que has vivido

jueves, 15 de junio de 2006

Lo que se pierde

"Existen cuatro cosas en la vida que no se recuperan:
Una piedra después de haber sido lanzada;
Una palabra, después de haber sido proferida;
Una oportunidad, después de haberse perdida;
El tiempo, después de haber pasado"

miércoles, 14 de junio de 2006

Me entran ganas de llorar de alegría por ti
me entran ganas de cogerte de la mano
y de mirarte a los ojos
mientras dejo envidriar mis ojos,
por la dicha de tu amor.
Y a pesar de los años,
de los meses y los días
que pasé y que no te vi
Hoy como el primer día,
no se me quitan las ganas de ti

martes, 13 de junio de 2006

Nada es importante

Ahora que creía que era feliz, que mi máxima preocupación era saber que ropa ponerme hoy, o donde iba a pasarl as vacaciones, que diablos iba a escribir en el blog, o si tendría tiempo de comprarme esos zapatos que vi, si quedaría con aquel amigo o contigo. Hoy que sólo se me ocurre ponerme trágico o romántico en pensamientos o en sentimientos, me ocurre lo peor, y es que las desgracias no me pasan a mí, sino a las personas que más quiero. Y eso es un golpe para el que no estaba preparado. No me imaginé los daños que podía hacerme la vida, haciéndote tanto daño a ti. No me imaginé que en un instante te fuera a cambiar tanto la vida, hoy que te levantaste tan bien, y ahora estás tan mal, y de forma irreversible. No me imaginé que me fuese a afectar tanto que la vida te cambiara.
Y es que sigo sin estar preparado para los costalazos que me da la vida.
Quizás el consuelo que me queda es pensar que seguimos vivos,
quizás no como nos gustaría, pero seguimos vivos,
capaces de sentir: de reir, de llorar, de vivir
y de decidir cuando queremos hacer o deshacer con nuestra vida.
Pero la vida pierde sentido a marchas forzadas.
Ayudame a darle sentido, de nuevo, a mi vida.

lunes, 12 de junio de 2006

Me olvidaste

A mi, como a ti, nunca me gusto tanta indiferencia.
Es verdad que no me importa sentirme usado,
pero no de forma tan descarada.
Dejas de llamarme, desapareces de mi vida,
porque llenas tu vida con otros
pero luego me pides que nuestra relación no sea distinta
porque apareció aquella mujer
que tu crees que te suplió en mi vida,
y en mi vida tu no tienes comparación.

Y mi felicidad hoy se vio empañada por tu olvido:
Todo lo que pudo ser, y por tu culpa no ha sido.

jueves, 8 de junio de 2006

El trebol de cuatro hojas

David me regalo aquel trebol que guardaba con recelo.
Me dijo que ya no lo necesitaba más, como anunciándome entre líneas que se iba a ir, y que aquello era la herencia que me dejaba. Yo dije que no lo quería, que su situación era mucho peor que la mía y que fuera donde fuera, le sería de gran ayuda.
Al final me lo quedé yo. No hace falta insisitrme mucho para que yo deje de discutir, así que me lo llevé.
Cuando salí de su casa, lo miré de reojo por última vez, clave mi mirada en sus ojos. Esos ojos tatuados de azul, como señal de la primogenitura que distingue a su tribu argelina, y el me sonrió y yo lloré.
Cuando ayer pasé de nuevo por su casa llamé a su puerta con esperanza pero desconfiado de su suerte, de que alguien me abriera.
Entonces salió él, afeitado como nunca lo había visto, repeinado el pelo con fijador, y guapo como pocas veces lo había visto. Entonces le hablé del miedo que me dió despedirme la última vez y pensar que no lo volvería a ver. Entonces él rió, y me explicó que no necesitaba más el trebol de cuatro hojas, porque se había dado cuenta de que el que le daba suerte era yo.

miércoles, 7 de junio de 2006

Ripios

Se me seca la garganta
cada vez que no te veo
se me apaga la razón
y se me enciende el deseo.
Cada vez que yo te miro
se detiene todo el tiempo
me destila el corazón,
caigo en brazos de Morfeo.

martes, 6 de junio de 2006

Enamorad@

No hacía falta que me dijeras que no estabas enamorada de mí.
Ya lo sabía.
Esas verdades mejor omitirlas, y me dejas vivir en el resquicio de la posibilidad remota de que pueda ser verdad.
No te había preguntado, así que la respuesta que no te pedí
te la podrías haber metido por el culo.
No estás enamorada. Ya lo sé.
Ni yo de ti.

lunes, 5 de junio de 2006

Todo se transforma


Tu beso se hizo calor,
Luego el calor, movimiento,
Luego gota de sudor
Que se hizo vapor, luego viento
Que en un rincón de la rioja
Movió el aspa de un molino
Mientras se pisaba el vino
Que bebió tu boca roja.
Tu boca roja en la mía,
La copa que gira en mi mano,
Y mientras el vino caía
Supe que de algún lejano
Rincón de otra galaxia,
El amor que me darías,
Transformado, volvería
Un día a darte las gracias.
Cada uno da lo que recibe
Y luego recibe lo que da,
Nada es más simple,
No hay otra norma:
Nada se pierde,
Todo se transforma.
El vino que pagué yo,
Con aquel euro italiano
Que había estado en un vagón
Antes de estar en mi mano,
Y antes de eso en torino,
Y antes de torino, en prato,
Donde hicieron mi zapato
Sobre el que caería el vino.
Zapato que en unas horas
Buscaré bajo tu cama
Con las luces de la aurora,
Junto a tus sandalias planas
Que compraste aquella vez
En salvador de bahía,
Donde a otro diste el amor
Que hoy yo te devolvería
Cada uno da lo que recibe
Y luego recibe lo que da,
Nada es más simple,
No hay otra norma:
Nada se pierde,
Todo se transforma.
Jorge Drexler

viernes, 2 de junio de 2006

Terminó mi vida

Cuando supe que me moría, intenté salir con la mejor de mis caras del hospital, no quería que nadie leyera en mi rostro que tenía fecha de caducidad, no soportaría la idea de que la gente tuviera pena de mí. No me gusta la misericordia, ni la lástima cuando se dirigen a mí. ASí que a nadie le dije que me moría.
A nadie no, si se lo dije a Ana. Alguien debía ser mi válvula de escape, con alguien debía poder llorar la angustia que me corroía por dentro, en algunos brazos necesitaba desplomarme sin tiempos, sin pensar que pensaría, y a Ana aún la vería unos cuantos días.
Enjuagadas mis lágrimas, ahogada la melancolía a la vida, me dispuse a llamar un a uno a los amigos que me parecían importantes, para quedar y despedirme, a algunos confesarles el secreto de que me moría, de que no nos volveríamos a ver. Realmente los encuentros fuern más festivos, recordando lo vivido con ellos, contándome sus planes ellos y ausentando de mis labios los míos; llegaba un momento de la conversación, de las cenas, de las noches en vela, en que insistían en saber que iba a hacer con mi vida, y yo sonreía, medio sonreía, miraba al suelo, para saber cual era la primera de las palabras que iba a decir para luego clavar mi mirada en sus ojos, y decirles que lo único que me quedaba en esta vida era despedirme, y que para eso había llegado hasta su casa. Luego sin prisas y sin tiempos les iba diciendo aquello que nunca me atreví a decirles: que les quería, que aquellos roces que tuvimos hoy no tienen sentido y que si lo tienen fueron solo para pulir esas asperezas que nos hacían alejarnos un poco más y que ahora ayudaban a que encajáramos como perfectas piezas de un puzzle. Decirles GRACIAS por tener la suerte de haber contado con ellos en mi vida, y por todo lo que había aprendido de ellos, y asegurarles que no sé si podría haber sido mejor la compañía, pero que había sido un lujo que se cruzaran nuestras vidas en algún momento. Abrazarlos intensamente, besarlos... Y luego decirles lo que podía esperar de ellos. Pedirles que no me olvidaran, porque sólo entonces estaría de verdad muerto, cuando ya no existiera ni en el recuerdo de mis amigos, de mi familia, de los míos.
Les conté que quería momentos de calma, cuando me muriera, que no había prisa, ni lloros, solo risas y sonrisas y recuerdos y alegrías; y si los lloros tenían que ser de algo quería que fueran de alegría.
Les conté que me gustaría que una vez que me muriera me incineraran y me echaran a los pies de aquel olivo que cuando tenía 33 años planté, y que tantas veces había sido el origen de la pequeña sombra de mis alegrías, de las tertulias en mi jardín, de las confesiones entrada la medianoche. Y que cuando quisieran se acercarán allí. Que lo poco que quedaba de mi en cuerpo estaría en aquella tierra y lo mucho que quedaba de mi alma estaría a la sombra de ese olivo.
Luego con cada uno de ellos fuimos diseñando como me gustaría que fuera el último día, igual que un día pensara como me gustaría que fuera mi boda, cuidando cada uno de los detalles que quería conmigo.
Y así fue como un día termino mi vida.

jueves, 1 de junio de 2006

Como una ola

Grabe tu nombre en mi barca
me hice por ti marinero
para cruzar los mares
surcando los deseos.
Fui tan feliz en tus brazos
fui tan feliz en tu puerto
que el corazón quedó preso
de tu cuerpo y de tu piel.
Como una ola tu amor llegó a mi vida
como una ola de fuerza desmedida
de espuma blanca y rumor de caracola.
Como una ola.
Y yo quedé prendida en tu tormenta
perdí el timón sin darme apenas cuenta.
Como una ola,
tu amor creció como una ola.
Bajé del cielo una estrella
en el hueco de mis manos
y la prendí a tu pelo
cuando te dije "te amo".
Pero al mirarte a los ojos
vi una luz de desencanto
me avergoncé de mi estrella
y llorando me dormí.
Como una ola
tu amor llegó a mi vida
como una ola
de fuego y de caricias
sentí en mis labios
tus labios de amapola
como una ola.
Y me escapé contigo mar adentro
sin escuchar las voces en el viento.
Como una ola,
se fue tu amor como una ola.