Noticia


viernes, 31 de diciembre de 2010

Fin de trayecto

Soy feliz,
mi sonrisa inunda mi cara
y mis ojos no pierden detalle de la belleza
del viaje de la vida
Admiro, absorvo, me deleito con las vistas
con el momento,
atrapo el momento
lo alargo
giro mi mirada hacia otro lado
para descubrir nuevos paraisos que me hagan feliz
no abarco todo, no me da tiempo,
así que me relajo y disfruto,
hasta que se para, todo se para.
Al principio me alegro porque el tiempo se ha parado
y puedo seguir disfrutando de la vida
sin que la vida se precipite en el pasado.
Al principio me alegro hasta que se abre la puerta.
El conductor me mira, me miras, esperando una respuesta.
No me dices nada pero es evidente que esperas una respuesta
y la respuesta que esperas es una. Que me baje, que me apee,
que ya está bien, que se ha terminaod este viaje.
Y me obligas a que me baje de esta nube
y vuelva a la cruda verdad.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Torre de naipes

Una a una las cartas se desmoronan.
Estaba tan cerca la última carta.
Por una vez me había podido imaginar
que entraría en el club de los elegidos.
Parecían los dioses aliados a mi suerte
sonreíame la diosa fortuna
y me hizo creer que tenía todo de mi lado,
hasta que un error precipita al otro.
No hay modo de parar el devenir del momento
sólo mirar como las cartas caen,
visualizar como las desgracian van abriéndose paso en mi vida
como atraca en mi puerto la desgracia
y como la temperatura no acompaña.
Cada uno de mis pasos desencadena más desgracias
y mi impasibilidad juega en mi contra,
ya no es que me pueda plantar
es que cuando me planto pierdo todo lo que tenía.
No tomo ninguna decisión acertada
y veo como del día a la noche
se ha desmoronado mi vida
por el azar del destino

domingo, 12 de diciembre de 2010

Carta

Me ha dicho mi psicoterapeuta que será bueno que te escriba
que te escriba aunque no sepa si vas a leer esta carta.
¡Qué tontería! Sé que no lo vas a leer. No lo puedes leer.
Sin embargo me dijo que sería bueno que te dijera lo que sentía por ti,
que te escribiera todo lo que creyera que se me había quedado por decirte
que me despidiera, que te dejara ir en paz, o que al menos me quedara yo en paz.
Y a eso estoy.
Lo primero que quiero decirte es que siento rabia;
siento rabia porque te vas, o porque me voy, porque me dejas o porque yo te dejo
da igual quien sea el protagonista, el caso es que me da rabia que nos tengamos que separar.
Me da rabia que además, en ese momento, no pueda exprimir esos segundos
vivirlos intensamente, y dejar que los nervios hagan torpe mis palabras
mis gestos, mis caricias, mis besos, lo que pueda haberte hecho sentir
que imagino que se acerca más a que parezca que no siento nada por ti.
No es así.
El segundo sentimiento que me creas es de agradecimiento.
No hay palabras para darte las gracias, pro ello que me parezca absurdo escribirte
para darte las gracias, porque me parece que no llego al uno por cien de lo que quiero decirte.
Necesito, quiero, deseo decirte lo importante que han sido los minutos que me has dedicado,
tus miradas, los segundos en que tu vida se ha cruzado con la mía y la ha llenado de sentido.
Darte las gracias pro el regalo de tu existencia, por el regalo de tu presencia,
por el de tu tiempo, de tu ternura, de tu paz, de tus caricias, de tu amor y de tu vida.
Gracias , gracias y gracias.
No es una cuestión de que persona es más importante en mi vida,
durante los segundos que estuvimos juntos, fuiste tu, porque mi vida estuvo en tus manos
quiero darte las gracias por como la cuidaste, y como me diste vida a mi vida.
No tengo nada más que decirte. No tengo rencores, no hay dolores, no hay pensamientos ocultos.
Los errores, las contradicciones no forman parte ni de una infinitesima parte del todo lo que me diste.
Quiero que sepas que mi sonrisa es sincera,
y que mi admiración por ti es sencilla e incondicional.
Nada más,
Después de todo esto,
me puedo ir tranquilo
y quiero que tu también lo estés en tu futuro
Te quiero