Ayer encendí una de esas velas que aún me quedaban guardadas por algún cajón
entonces sentí repicar las campanas desordenadas en mi corazón,
mi piel se estremeció
y lloré
me sentí vacío
Luego sólo pude sonreír y
dar las gracias a Dios
por ponerle en mi camino
Noticia
jueves, 18 de agosto de 2005
Y la vida siguió como siguen las cosas que no tienen mucho sentido
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Por él os tengo a vosotros
Lo único que se me ocurre es cantar para adentro: "Nada te turbe, nada te espante..."
Publicar un comentario