Al aproximarse a la puerta de la enfermería de un asilo,
un hombre que estaba en la cola para la medicación
oyó un ruido y al volverse para ver de donde procedía
golpeó, sin querer, con el codo, el pecho de una mujer.
Apenado y sin saber que hacer, el anciano titubeo para pedirle perdón:
"Mil disculpas, señora.
Si su corazón es tan suave como su seno
tengo la seguridad que me perdonará".
La mujer le sonrío y le dijo
"No se preocupe
Si su pene es tan duro como su codo
mi habitación es la 315"
domingo, 10 de enero de 2010
Aprender a perdonar
Etiquetas:
65 palabras,
Fantasías
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