Llegue a tu isla, sin buscar paraísos perdidos,
cuando quizás lo único que había perdido
era el paraiso de tu mirada.
Busqué refugio,
el mar antiguo de tu silencio y de tu presencia
donde poder fondear.
Me preguntaste mil veces que me apetecía ver
cuando lo único que quise fue verte a ti.
No había planes
y tu adivinaste
que no había prisa.
Y te quedaste atrás,
respetando mis pasos,
viéndome andar.
Por eso quiero darte las gracias
por abrirme las puertas de tu puerto
por hacer de tu casa, mi casa
sin apenas conocernos
por llevarme entre algodones
por dejarte la vida en que yo viviera
por invertir en mi tu tiempo y tu presencia,
sin esperar nada a cambio,
y si lo esperabas,
por no haberlo conseguido.
Gracias por el regalo de cruzar tu vida en la mía.
Noticia
lunes, 8 de agosto de 2005
Tanis
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Vaya tela kyyo...vi a llorá y to.Luego vuervo.
lo mas bonito que man dicho
Publicar un comentario