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miércoles, 2 de noviembre de 2005

Picassent

Hoy, después de mucho tiempo volví a ir a la prisión. Casi un año después. Contaba con la pereza que me acompañaba todas las mañanas de miércoles hasta allí, y con la ilusión del primer día de colegio, y el miedo de una nueva escuela, puesto que no sé si me retiraron el carnet o que había que renovarlo, el caso es que no podía entrar a los modulos de preventivos ni a los de enfermería que antes eran los lugares a los que tenía acceso, y sólo pude entrar en penados, que es donde nunca antes había ido. Y penados es como si fuera otra prisión.
Da igual!. El caso es que hoy empezaba en una nueva prisión que no conocía. Diferencias? Las verjas eran distintas, no se veía lo que había detrás de cada puerta, una ubicación distinta, y unos rasgos, los de la gente, mucho más marcados, más pobres, más demacrados, más carcelarios, que los de preventivos.
Sin embargo me hizo ilusión encontrarme con gente que hace años conocí en preventivos y que le tiempo los deportó hasta penados, más guapos, y como esperando, hablar de viejos temas, abrazarlos, reirnos, y ¡coño! se me olvidó el tabaco!!!! (otro día)
Al salir me perdí, no recordé el pasillo de vuelta y me metí en otro.
- ¿Dónde vas? - me pregunta una funcionaria.
- Quiero salir afuera - le respondo mientras un preso que limpia un cristal escucha despistado y piensa "coño, y yo!".
- Pues lo estás haciendo como el culo - me responde la funcionaria con uan sonrisa, - porque te has metido en ingresos, donde la gente viene para quedarse.
Me río y la sigo, me acompaña hasta la puerta.

Otro día os contaré las puertas que tienes que cruzar para hablar con no sé que pobre hombre.

2 comentarios:

Roberto Iza Valdés dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Anónimo dijo...

Una gran noticia :) Mucho ánimo, que estoy seguro de que puedes aportar mucho a esta gente.

Por cierto, ¿te he contado que Parmenia desaparece en diciembre? Ya te lo explicaré más detenidamente.

Besos x 3