Noticia


miércoles, 28 de febrero de 2007

Excusas para una infidelidad

¿Qué me estás contando? - Te respondí cuando
me dijiste que sabías que te engañaba con otra.
- Yo no estaba allí cuando me viste.
- Te vi besarte con otra - Me gritaste
- Cariño, así es como saludo a algunas amigas
- Cerdo! Le estabas metiendo la lengua en su boca!
- Ya, pero es que me dijo que no tenía pelos en la lengua
y como era de noche no podía verlo, así que lo quise comprobar.
- Además, había unas bragas en el coche - me recalcaste
- Corazón! ¿Y qué importancia tiene que hayas encontrado
unas bragas en mi coche?, se le habrán caido a alguien!
- No me eres fiel, - me dijiste con la voz entre lágrimas.
- No digas eso - Te respondí - Yo te he sido fiel muchas veces.
Te soy fiel en todas las situaciones,
incluso en el adulterio
Además cariño, amor es Compartir....

No seas egoista.

No entiendo porque me cruzaste la cara antes de irte

martes, 27 de febrero de 2007

Excusas

Hace unos cuantos años
me hice un maestro de la excusa
No sabía trabajar
por tanto tuve que aprender
a justificar lo que no hacía.

Hoy ya no me acuerdo de eso.
Tengo un suave recuerdo
de mi tabla de mandamientos,
de mis 5 reglas de oro,
de mis excusas inexcusables.
Recuerdo que algunas eran:

- Yo no estaba allí (cuando me viste)
- No, yo no he sido
- Tu me ves capaz a mi de hacer eso?

Y había dos más pero no las recuerdo

Y tu ¿Qué excusas utilizas?

lunes, 26 de febrero de 2007

Segundo nivel de profundidad

Sumergido a dos niveles de profundidad en mis sueños vi la luz.
Recordé al llegar a la superficie de mi vida donde había llegado.
En lo más profundo estaba dando clase en casa de Sabina.
La casa no era su casa sobre el BBVA de Relatores,
era una casa de campo, donde su cama de matrimonio
ocupaba el sitio natural del comedor,
luego un pequeño escribano en un lugar pequeño,
todas las habitaciones comunicadas con puertas
y los niños de pie junto a otros profesores,
ocupando el perímetro interior de aquella casa
en la que Joaquín no estaba.
Luego desperté y se me ocurrió recordar aquel sueño.
Desperté en la vieja casa de campo de mi abuela
y recordaba con una sonrisa aquel sueño
que hubiera deseado que fuera verdad;
y lo viví con la alegría de que lo había sido
y se me ocurrió escribir en el blog un poema
que hablara de lo dificil que era recordar tu cara
en mi día a día, después de tanto tiempo
y que clara te veo en mis sueños
nítida como una verdad,
verdadera como es imposible que seas.
Luego el ruido de mi mujer en la ducha
me terminó de despertar de ese otro sueño

domingo, 25 de febrero de 2007

Brindo

- Por mis hijos que NO limpian sus cuartos,
pero están viendo la tele,
porque significa que están en casa y no en las calles.
- Por los cabreos en mi sueldo, porque significa que estoy trabajando.
- Por el desorden que tengo que limpiar después de una fiesta,
porque significa que estuvimos rodeados de seres queridos.
- Por las ropas que me quedan un poco ajustadas,
porque significa que tengo más que suficiente para comer.
-Por mi sombra que me ve trabajar,
porque significa que puedo salir al sol.
- Por el césped que tengo que cortar,
ventanas que necesito limpiar, cañerías que arreglar,
porque significa que tengo una casa.
- Por las quejas que escucho acerca del gobierno,
porque significa que tenemos libertad de expresión.
- Porque no encuentro estacionamiento, esto significa que tengo coche.
- Por los gritos de los chicos, porque significa que puedo oír.
- Por la ropa que tengo que lavar y planchar,
porque significa que me puedo vestir.
- Por el cansancio al final del día,
porque significa que fui capaz de trabajar duro.
- Por el despertador que suena temprano todas las mañanas,
porque significa que ¡¡Estoy vivo!!.
y finalmente, por la cantidad de visitas que recibo,
porque significa que hay gente a la que le interesa lo que escribo.

Brindo contigo

SALUD!

sábado, 24 de febrero de 2007

Me cago en el amor




Por qué voy a creer yo en el amor
si no me entiende ni me comprende
tal como yo soy
Por qué voy a creer yo en el amor
si me traiciona y me abandona
cuando mejor estoy.
Lo sabemos muy bien tu y yo,
que aunque lo parezca
no tienes tu la culpa
la culpa es del amor

Por qué seguirte escribiendo
si me lees y no contestas
ni me dices lo que piensas.
Para qué una nueva idea,
para que un nuevo plan
si no los realizarás.

Yo no quiero sufrir pero aquí estoy
y estoy sufriendo y no me arrepiento
me cago en el amor



Tonino Caratone y Rafaga de Ideas

viernes, 23 de febrero de 2007

Lo más importante de mi vida

Mis alumnos saben que he estado en la selva,
que he estado en la cárcel,
que he estado en la calle
y en tantos sitios,...
que un día me preguntaron
¿Qué era lo más importante que había hecho en mi vida?”.
Sabía que mis alumnos esperaban una aécdota de cualquier viaje,
Entonces les respondí:
Lo más importante que he hecho en la vida,
tuvo lugar el 24 de agosto del año 2005.
Comencé el día tomnando un café con un amigo
al que no había visto en mucho tiempo.
Entre sorbo y sorbo de café
me contó que su esposa y él acababan de tener un bebé.
Mientras hablábamos, llegó el padre de mi amigo,
que consternado, le dijo que
al bebé se lo habían llevado de urgencia al hospital.
En un instante, mí amigo
se subió al coche de su padre y se marchó.
Yo, por un momento, me quedé donde estaba,
sin saber que debía hacer.
¿Seguir a mí amigo al hospital?
Mí presencia allí, me dije, no iba a servir de nada,
pues la criatura estará al cuidado de médicos y enfermeras,
y nada de lo que yo hiciera o dijera iba a cambiar las cosas.
¿Brindarle mi apoyo moral?
Eso, quizás,
pero tanto él como su esposa provenían de familias numerosas,
y sin duda estarían rodeados de parientes,
que les ofrecerían el apoyo necesario.
Lo único que haría yo sería estorbar.
Así que decidí ir mas tarde al hospital a visitar a mi amigo.
Al poner en marcha mi coche,
me percaté que mi amigo había dejado su coche con las llaves puestas,
estacionada junto al mío.
Decidí pues, cerrar el auto e ir al hospital a entregarle las llaves.
Como supuse, la sala de espera estaba llena de familiares.
No tardo en presentarse un médico, que se acercó a la pareja y,
en voz baja les comunicó que su bebe había fallecido.
Los padres se abrazaron y lloraron,
mientras todos los demás los rodeamos en medio del silencio y el dolor.
Al verme mi amigo, se refugió en mis brazos y me dijo:

Gracias por estar aquí.
Durante el resto de la mañana
permanecí sentado en la sala de urgencias del hospital
viendo a mi amigo y a su esposa sostener en brazos a su bebe
y despedirse de él.

Esto, es lo más importante que he hecho en mí vida,
y aquella experiencia me dejo tres enseñanzas:
Primera: lo más importante que he hecho en la vida,
ocurrió cuando no había absolutamente nada que yo pudiera hacer.
Nada de lo racional que aprendí en la universidad,
ni en el ejercicio de mi profesión, me sirvió en tales circunstancias.
Lo único que pude hacer
fue acompañarlos y esperar;
pero estar allí, era lo principal…
Segunda: aprendí que al aprender a pensar, casi me olvido de sentir.
Tercera: aprendí que la vida puede cambiar en un instante.
Así pues, hacemos planes y concebimos nuestro futuro como algo real,
y olvidamos que perder el empleo,
sufrir una enfermedad grave o un accidente
y muchas otras cosas más,
pueden alterar ese futuro en un abrir y cerrar de ojos.


jueves, 22 de febrero de 2007

Dónde está Dios que no le veo

Hace tiempo que dejé de regar a mi Dios,
que dejó de crecer dentro de mí.
Quizás se espigó, o creció lo suficiente,
como pasar a formar parte de mi vida
sin compromisos y sin esfuerzo.
Creo en Dios o eso creo.
Soy muy racional
y sin embargo creo en Dios.
Al principio,

porque mis amigos también creían.
Podrían haberse ido a beber
o a dar vueltas con la moto,
pero creer en Dios salía más barato
y yo también creí
sin saber muy bien en que creía,
porque, como hoy, no me resultaba
nada comprometido.
Y con suaves capas de dulzura
iba patinando hasta mi interior;
sin preveerlo, sin grandes estruendos
y con pocas explicaciones que llegaban
en los momentos más adecuados.
Se cruzan en mi vida las personas adecuadas
me hablan de Dios sin abrir la boca
y me cala, me cala muy dentro.
Mi primer paso se llamaba Victoria
y mi atrevimiento me llevó a preguntarle:
- ¿Por qué crees en Dios?
- Y por qué no? - fue su respuesta
Y el silencio, y mi mirada escrutadora
me sirvieron de tiempo de reflexión.
Y pensé que entre creer o no creer
yo escogía lo que yo quisiera
y que escogiera lo que yo escogiera,
el mundo seguiría girando hacia el mismo lado,
y por tanto no había nada mejor
en una opción que en otra,
y me sentí libre para creer.
Hasta entonces había creído porque así
lo demandaba la Santa Madre Iglesia.
Con los años fue Pepe quien me respondió
a la misma pregunta: ¿Por qué crees?
Me dijo: - Yo soy cristiano, porque quiero
porque me sale rentable, y porque me hace libre.
En el momento que me sienta obligado,
diré que me borren de este club.
Y entonces las personas respondieron
y yo hice silencio a la hora que bajaba la cabeza.
Soy libre para creer y hacer lo que creo que debo de hacer
es lo que creo que debo de hacer.
Pasan los años y crece en mi la duda
y con la duda, la fe.
Realmente estoy haciendo la voluntad de Dios
o hago lo que me da la gana, en el nombre de Dios.
Aparece una pregunta que me cuestiona:
¿Señor, que quieres de mi?
Y me doy cuenta que no debo pleitesía a ningún Dios.
No tengo que agradar a ningún Dios
porque ningún Dios me vigila
sino que me acompaña en mis decisiones.
La última de mis preguntas aparece respondida
cuando Dios se transforma en sus imágenes
y no me encaja en mi vida con un papel.
Hasta que encuentro aquella canción
que decía que la Biblia lo dice y lo repite
en el Capítulo 4, versículo 8, de la 1 carta de San Juan:
"Dios es amor"
y todo parece de nuevo encajar en mi vida hasta hoy.
Dios no tiene caras, sólo tiene la cara del amor
y todo lo que se haga en nombre del amor,
y desde el corazón, es referencia de Dios.
Y la vida de Jesús, el hijo del amor,
es un intento de predicar, que o nos amamos un poco más
o todo se va un poco a pique,
que esos ritos que repetimos
o repiten los que domingo a domingo
van a misa, no dejan de ser
reflejos de ese amor: Que si se dan la paz
que si se abrazan, que si tienen una comun unión
que si se aman.
Que pena, que a veces, los que representan a ese Dios
olviden tan pronto que nada tiene sentido
sino es AMAR, sino es amando

miércoles, 21 de febrero de 2007

A los 60

Dicen, que a los 60 años
cuando te despiertas
si notas
que no te duele nada;
es que te has muerto

martes, 20 de febrero de 2007

Cosas que ahora no puedo quitarme de la cabeza

El tiempo que hace que no veo a mi ahijado
y lo mucho que se volverá asustar cuando me vuelva a ver
Los regalos de los a,igos que cumplen años
Esa amiga que no me habla
La otra amiga que quiere implicarme demasiado en su vida,
cuando vuelvo a sumergirme en aguas abiertas
que tengo un par de libros para terminarme de leer
La lentitud en los preparativos del libro que voy a publicar
Los padres de mis alumnos que no hay manera de localizar
El plan de convivencia de mi colegio
Al chico que tengo que expulsar
la falta de tiempo escolar para atender a asuntos
Mi afonía, que me impide dar las clases
la falta de ganas de preparar las clases para hacer unas clases de PM
Los trabajos que tengo que corregir
la tesis doctoral
Estudiar el carnet de moto
las vacaciones de verano ¿de verano? Si, de verano
los programas que estoy dando
el curso ese que tengo que preparar para el mes de abril
la visita de mis padres
de donde sacar tiempo para hacer todo esta semana
el mail que tengo que escribir
el post en el blog que no sé como terminar
el curso ese al que me apunté
cuando voy a poder preparar esa conferencia que no tiene fecha
Como decirte que te quiero sin que suene demasiado comprometido
Como contarte que te echo de menos cuando no estás conmigo
como expresar que soy celoso hasta el tuétano y eso me corroe por dentro

lunes, 19 de febrero de 2007

Problemas

El maestro preguntó a su alumno:
-¿Cuantas patas tienen los artropodos?
El niño le miró tristemente, movió la cabeza y dijo:
- "Ojalá tuviera yo sus mismos problemas, señor maestro!"

Pues eso

domingo, 18 de febrero de 2007

La anciana

Érase una vez una anciana a la que se le murió el marido. La mujer se fue a vivir con su hijo, la esposa de éste y una hija. Cada día, la anciana iba perdiendo vista y oído. A veces las manos le temblaban tanto que se le caían los guisantes al suelo y la sopa se le escurría del plato. A su hijo y su nuera les fastidiaba todo aquel desorden y un día dijeron basta. Dispusieron una mesita en un rincón para que la anciana comiera allí, a solas. Ella los miraba con lágrimas en los ojos desde la otra punta del comedor, pero ellos casi no le hablaban durante las comidas, salvo para regañarla porque se le caía el tenedor o la cuchara.
»Una tarde, antes de cenar, la niña estaba sentada en el suelo jugando con unos bloques de construcción. "¿Qué estás haciendo?", le preguntó su padre. "Construyo una mesita para ti y para mamá", dijo la niña. "Así, cuando yo sea mayor, podréis comer solos en un rincón."
El padre y la madre guardaron silencio durante un rato. Y luego se echaron a llorar. Se habían hecho conscientes de la naturaleza de sus actos y de la pena que habían causado. Aquella noche hicieron que la anciana ocupara de nuevo su sitio en la gran mesa de comedor, y a partir de entonces ella siempre comió con el resto de la familia. Y cuando algo de comida caía al suelo o un tenedor resbalaba de la mesa, a nadie le molestaba.

jueves, 15 de febrero de 2007

Deudas pendientes

Vuelvo de una comida de trabajo. Ha sido de trabajo, pero había vino
y mi querencia por el vino me han hecho que bebiera lo suficiente
para mermar, aunque sea levemente, mis sentidos.
El caso es que cuando quedaban apenas 3 semáforos para llegar a casa
el sonido de las ruedas, resbalando frenadas por el asfalto,
han hecho que mirara hacia la ventana y viera como, irremediablemente
el morro de aquel volvo se acercara al mío.
No me ha pasado la vida en fotogramas, no.
Ha sido la cara de mi psicóloga la que se me ha aparecido
haciéndome esa pregunta:
¿Con quien tienes deudas pendientes?
Y he empezado a pensar a quien le debía dinero.
No, no, con que personas crees que tienes asuntos pendientes
puertas que no has cerrado nunca.
Y entonces me has venido a la cabeza tu
tu sonrisa y tus palabras señalándome con el dedo:
Esto no va a quedar así, me debes una.

Y tu...
¿Con quien tienes una deuda pendiente?

martes, 13 de febrero de 2007

El sabor está en los oídos

El siguiente artículo no es mío, está extraído del New York Times
Y dice así:

Para unos pocos, el sabor está en los oídos del que contempla
Para algunas orejas, el siguiente menú de Acción de Gracias
suena (y sabe) absolutamente riquísimo:
Un ave rolliza rellena de Stephanie y servida con menudillos de civismo, acompañados de un bizcocho cubierto de dulces Londres, un tazón de actuaciones con sindicatos perlados y una guarnición de humeantes microscopios. De postre ciudad “a la mode” seguida de confesión.
Si usted simplemente fuera un un sinesteta desgustador de léxico, podría saborear esas palabras.
La gente que tiene sinestesia, una rara condición que se pasa de padres a hijos, mezcla sus sentidos. Pueden “ver” las letras, los números y las notas musicales como si fueran colores, una A mayúscula podría tener matices rojizos, 5 + 2 podría ser igual a azul, o B.B. King podría tocar en amarillos.
Unos pocos, los más raros, comenta Julia Simner (neurosicóloga cognitiva en la Universidad de Edimburgo) “saborean” involuntariamente las palabras cuando las oyen. En el estudio “El sabor de las palabras en la punta de la lengua”, publicado en la revista Nature, la Dra. Simner informó haber encontrado solo a 10 personas con estas características en Europa y los Estados Unidos.
La condición nos podría sonar como algo evidiable, pero puede ser poco placentera. Uno de los sujetos, comenta Simner, odia conducir porque las señales de tráfico hacen que su boca se inunde con sabores de helado de pistacho y cerúmen de oreja.
Y la doctora nos indica otro patrón.
Por ejemplo, la palabra “picar” (”mince” en inglés) hace que un sujeto saboree la carne picada, pero lo mismo le sucede con palabras que rimen con ella, por ejemplo “prince” (príncipe). Otro de los sujetos en cuanto escucha castañuelas saborea el atún. Otros solo saborean los nombres propios: John es su pan de trigo, William sus patatas.
No pueden decir por qué, comenta Simner. No es un momento como el de las magdalenas de Proust, los sabores simplemente llegan.
Pero no todos los sabores. Cuando la Dra. Simner comprobó su lista de palabras para las especialidades de hoy, descubrió los disparadores salivares para el menú del inicio del artículo. “Stephanie” estaba relacionada con el relleno de salvia, “civismo” con carne asada, “Londres” con patatas, “actuación” con guisantes, “sindicato” con cebollas, “microscopio” con zanahorias, “ciudad” con pastel de carne, y “confesión” con café.
Pero, desgraciadamente, no hay pavo, ni arándanos.
“Puedo ofrecerte un completo desayuno Inglés, comenta ella disculpándose. “Pero no una cena de Acción de Gracias”.

lunes, 12 de febrero de 2007

La sabiduría

El maestro recibió a su nuevo estudiante, y este preguntó:
“Maestro, cuánto tiempo me tomará ser tan sabio como tú?”,
a lo que el maestro respondió: “te tomará 4 años”,
y el estudiante preguntó: “Y si estudio por las noches también”,
“Te llevará 8 años” - dijo el maestro;
“Pero maestro, y si estudio el doble?” - dijo el estudiante,
“Te tomará 12 años entonces” - dijo el maestro, así que,
consternado el estudiante preguntó:
“Maestro, por qué mientras mayor es mi esfuerzo,
más tiempo tardaré en ser sabio?”,
y el maestro, con aire partenal respondió:
“Porque si mantienes un ojo puesto en tu objetivo,
solo tienes un ojo disponible para guiarte en el camino”

jueves, 8 de febrero de 2007

La historia de mi vida

¿Qué pasaría si alguien escribiera la historia de tu vida?

Esta mañana estuve en la fnac aprovechando que no trabajaba.
Buscaba el último libro que me recomendaron
y me he encontrado un libro que se llamaba
"Ráfaga de ideas". Un tocho, y la curiosidad me ha podido
No he podido disimular la sorpresa, y como poseído
lo he cogido, lo he robado y me lo he llevado al forum
Me he puesto a leer las primeras páginas:
Hablaban de mi vida, resumida, pero mi vida.
Aquello no se parecía a mi: Era yo.
No era casualidad, los detalles, puestos como agijones
eran los que me habían clavado en mi pasado.
Estúpida experiencia, había vendido mi vida
sin mi consentimiento, y hurgando en los detalles.
Pero eso no me preocupaba, más de lo que suponía
recordar aquellas cosas que ya ni recordaba.
A partir de la página 200, mi vida llegaba
a la edad que tengo ahora; al mometno presente.
Quedaban más de 300 hojas por leer
y el corazón empezaba a latirme más fuerte y más rápido
Bombeaba con golpes secos.
Pensé que aquel libro me recordaba a mi padre,
ese que tantas veces, después de que yo me matara
en discernir cual iba a ser mi movimiento en la vida
me decía "yo ya sabía que ibas a ahcer eso"
Ya no tenía que pensar nunca más
que es lo que haría mañana.
Sólo tendría que leer el libro de mi vida.
Cerré le libro y me dirigí a la caja
creí que la lectura de mi futuro requería un contexto
mejor que el de un foro en la fnac.
Me fui a la caja sin saber el precio que tenía mi vida
esperando que fuera lo suficiente caro
para sentirme orgulloso del precio de mi pasado
y lo suficientemente barato para poder pagarlo.
Cuando llegué a la caja, la chica del chaleco verde
lo pasó por le escaner, y sonó la caja registradora
Pim!.
Volvió a pasarlo.
Pim, pim.
Pim.
Abrí los ojos entonces
y apagué el despertador

martes, 6 de febrero de 2007

El gigante malo

Una vez, en la antigua India, había un gigante malo que poseía un magnífico castillo con vistas al mar. Como el gigante había estado fuera muchos años guerreando, los niños del pueblo cercano solían ir a jugar al hermoso jardín del gigante. Un día, el gigante regresó y echó de su jardín a todos los niños. "¡No quiero veros más por aquí!", bufó mientras cerraba con estruendo la gran puerta de roble. Luego levantó un enorme muro de mármol en torno al jardín para que no entraran los niños. Llegó el invierno, con el frío que es habitual en las zonas septentrionales del subcontinente indio, y el gigante ansiaba que volviera el calor. La primavera iluminó el pueblo que había a los pies del castillo, pero las frías garras del invierno no abandonaron su jardín. Un día, el gigante percibió por fin las fragancias primaverales y notó que el sol entraba radiante por sus ventanas. "¡Por fin la primavera!", exclamó, corriendo al jardín. Pero no estaba preparado para lo que vio. Los niños del pueblo habían conseguido escalar la pared del castillo y estaban jugando en el jardín. Era debido a su presencia que el jardín se había transformado en un lugar exuberante poblado de rosas, margaritas y orquídeas. Todos los niños rieron de júbilo, excepto uno, que era mucho más bajo que los demás. Lloraba con desconsuelo pues no tenía fuerza suficiente para saltar el muro y jugar en el jardín. El gigante sintió lástima y, por primera vez en su vida, se arrepintió de su maldad. "Ayudaré a ese niño", dijo, corriendo hacia él. Cuando los otros lo vieron venir, huyeron del jardín temiendo por sus vidas. Pero el más pequeño se mantuvo firme. "Yo mataré al gigante. Defenderé nuestro lugar de recreo", dijo. Cuando el gigante se acercó al niño, abrió sus brazos y le dijo: "He venido a ayudarte a saltar el muro para que juegues en el jardín. A partir de ahora será tuyo." El niño, convertido en héroe, se sintió muy feliz y regaló al gigante el collar de oro que siempre llevaba al cuello. "Es mi amuleto de la suerte. Quiero que lo lleves tú", dijo.
Desde aquel día, los niños jugaron con el gigante en el jardín del castillo. Pero aquel valiente muchacho, que era el preferido del ogro, ya no volvió. Con el tiempo, el gigante enfermó y se debilitó. Los niños seguían jugando en el jardín pero él ya no tenía fuerzas para estar con ellos. En aquellos días, el gigante no pensaba en nadie más que en aquel muchacho. Un día de invierno especialmente crudo, el gigante miró por su ventana y vio algo milagroso: aunque la mayor parte del jardín estaba cubierta de nieve, en mitad del mismo había un estupendo rosal rebosante de flores espectaculares. Junto a las rosas estaba el niño en quien el gigante había pensando tanto. El muchacho sonreía dulcemente. El gigante corrió a abrazar al muchacho. "¿Dónde has estado todos estos años, mi joven amigo? Te he echado muchísimo de menos." El muchacho dio una respuesta meditada: "Hace mucho tiempo me ayudaste a entrar en el jardín mágico. Ahora he venido para que entres tú en el mío."
Más tarde, cuando los otros niños fueron a ver al gigante, lo hallaron inerme en el suelo. Estaba cubierto de pies a cabeza por millares de bellas rosas.

lunes, 5 de febrero de 2007

Tu recuerdo

Cuando alguien me pregunta por ti
yo intento mantener a raya mis sentimientos.
El portavoz de mi razón sale a la palestra
a manifestar que todo está en orden.
Intento vivir en la tangente de tus recuerdos
intento enterrar el pasado bajo capas y capas
de nuevas experiencias bañadas de alquitrán.
Pongo sobre tu nombre
el nombre de mil personas más...
Pero se me rebelan los sentimientos
se amotina la razón
y me montan piquetes en el corazón,
manifestaciones de recuerdos
abanderados con tu nombre y tu sonrisa.
Y me cuestionan
si esta vida merece la pena
ser vivida sin ti

domingo, 4 de febrero de 2007

Trucos de belleza para tu alma

Para conseguir unos labios atractivos,
di palabras cargadas de ternura.
Para conseguir unos ojos preciosos,
busca lo que hay de bueno en la gente.
Para conseguir una silueta esbelta,
comparte tu comida con los que pasan hambre.
Para tener un pelo bonito,
deja que un niño pase sus dedos por tu cabello una vez al día
Para tener una buena pose,
camina sabiendo que nunca caminas solo
Siempre que necesites una mano que te ayude,
la encontraras en el extremo de tu brazo.
Descubrirás que tienes dos manos:
una para ayudarte a ti mismo
y la otra para ayudar a los demás.

sábado, 3 de febrero de 2007

Estudio vs cocina

Estudiar necesita de una dimensión particular.
"Uff, esto no lo entiendo,
no me lo voy a poder estudiar en la vida
y esto... ¿para que sirve?,
tanto tiempo y para nada"

Cuando me preguntan mis alumnos como estudiar,
yo les digo que estudiar es como la cocina,
necesitan de un amor especial
de un querer hacer las cosas bien
de deciarle tiempo para sacar lo que uno quiere,
y que en el fondo el resultado
en una gran medida depende del cariño
y dedicación que le pongan a lo que hacen.
Estudiar supone ser consciente que los platos
requieren mucho tiempo de preparación y dedicación
de trabajar los detalles, de meter las manos en la masa,
de enguarrarse, de probar y probar,
para luego sacar a la luz nuestra obra...
Obra que otros se merendaran en 1/8 parte del tiempo
que nosotros le dedicamos en prepararlo.
Y tantas horas de estudio, para un examen de 50 minutos?
Pues si.
Si la comida ha sido excelente,
puede que los platos se terminaran en seguida
pero el sabor que me dejó en los labios
no se me olvidará en la vida

viernes, 2 de febrero de 2007

Quan estic avorrit

Jo cant, sa lluna i s’estrella,
sa jungla i es bosc animat,
es tren, es vaixell, s’avioneta
i es teu submarí aquí aparcat.
Jo cant, es cafè i sa galleta,
quan dius -tu podries ser meu -,
que sexy, que dolça i que freda.
Sa zebra que passa un semàfor
i com se desmonta un videt,
cosmètics i "margaret astor"
ja sé com s’escriu "juliette".
Jo cant, sa rosa i es cactus
i moltes més coses també,
un llapis d’Ikea, un pistatxo.
Que divertit el que escric
quan estic avorrit
per exemple es teu cos,
es jersei destenyit,
es carrer blanc de sol,
es meu cos adamunt,
per exemple,
es teu llit de penombra i llençols
amb es termo espenyat,
per exemple, dormits...
Jo cant, sa lluna i s’estrella
sa jungla i es bosc animat
es tren, es vaixell, s’avioneta
i es teu submarí aquí aparcat.
Jo cant, sa fruita vermella
i quan acabi riuré
galapots, nenúfars,
princeses, oh yeah!

Antònia Font
We yeah!