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martes, 22 de noviembre de 2005

En mitad del frío apareció él

El sábado, como un sol que brilla en mitad del frío apareció él.
No lo esperaba, o sí que lo esperaba, pero no con esa cara.
Había estado acunando a su hijo un tiempo antes
Y el se acercó con cara de malas noticias, o de noticias importantes,
Que por lo usual, suelen ser malas noticias.No sé si esperaba esa noticia, o me hubiera gustado esperarla,
Como en tantas fantasías.Lo que sé es que no supe reaccionar. El me dijo, flanqueado por ella que esperaba detrás de mí,
que si me gustaría ser el padrino de su primer hijo.
No supe si llorar, si besarlo, si despertar al crío o si llorar, lo miré,
La miré a ella, ella me sonrío y me puse a llorar.
Ellos no lo vieron pero me puse a llorar para dentro,
porque pensé que el momento no lo merecía hacia fuera,
y que tanto dramatismo no va conmigo.Me quedé con las ganas de preguntarles ¿por qué?,
aunque conozco la respuesta.

La inyección de ilusión fue tremenda,
Desde entonces lo miré, y lo quise como si fuera mío.

No en muchas ocasiones me han ofrecido un papel tan importante
En la película de la vida de las personas; contadas ocasiones.
Quiso mi ilusión, hace muchos años, imaginarme en la tesitura
Y pensar que diría que no a ahijados que no los sentía como míos.Luego pensé lo difícil que era tener un hijo,
Y que había mucha gente en el mundo al que confiarle un hijo,
Y que difícilmente sería yo.
Luego pasaron los años, y las personas que más amé,
Las que más importancia tuvieron, fueron las que ayer, y hoy,
Me confiaron a sus hijos, que desde entonces, siento como míos.

2 comentarios:

libertad dijo...

Eres afortunado sin duda...aunque estoy segura de que a la manera de Trías de Best..

Anónimo dijo...

Enhorabuena!