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jueves, 1 de septiembre de 2005

Filtros

En la antigua Grecia, Sócrates fue famoso por su sabiduría y por el gran respeto que profesaba a todos.
Un día un conocido se encontró con el gran filosofo y le dijo:
- ¿Sabes lo que escuche acerca de tu amigo?
- Espera un minuto – replicó Sócrates -. Antes de decirme nada, quisiera que pasaras un pequeño examen. Yo lo llamo el examen del triple filtro.
- ¿Triple filtro?
- Correcto –continuó Sócrates-. Antes de que me hables sobre mi amigo, puede ser una buena idea, filtrar tres veces lo que vas a decir, es por eso que lo llamo el examen del triple filtro.
El primer filtro, es la verdad. ¿estás absolutamente seguro de que lo que vas a decirme es cierto?
- No –dijo el hombre-, realmente solo escuche sobre eso y......
- Esta bien -dijo Sócrates- entonces realmente no sabes si es cierto o no.
- Ahora permíteme aplicar el segundo filtro, el filtro de la bondad. ¿Es algo bueno lo que vas a decirme de mi amigo?
- No, por el contrario........
Entonces, deseas decirme algo malo sobre él, pero no estas seguro de que sea cierto. Pero podría querer escucharlo, porque queda un filtro; el filtro de la utilidad. ¿Me serviría de algo saber lo que vas a decirme de mi amigo?
- No, la verdad que no.
- Bien –concluyo Sócrates-, si lo que deseas decirme no es cierto, ni bueno, e incluso no es útil ¿Para que querría saberlo?
Sócrates desapareció, seguro de haber hecho lo mejor, para aquel conocido, para su amigo y para él.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Tomaaaaaaa yaaaaaaaaaaa!!

jjjjjjj

:bes:

Anónimo dijo...

Inteligente actitud...

quizá nos iría mucho mejor si todos actuásemos así...

besinessssssss

Anónimo dijo...

Sí si...

pero no termina la historia...

Sócrates nunca se enteró que Platón se la pegaba con su mujé

(asi es como me lo contaron jjj)