Noticia


viernes, 16 de diciembre de 2005

Balance

Qué extraña es la vida
O que extraño ha sido este 2005 (y aún no ha terminado).
No sé si es bueno hacer evaluaciones anuales. Los fin de año me ponen extrañamente cardiaco. Como si la vida se fuera tras las campanadas del día 31, como una contrarreloj sin sentido, yo que nunca he querido ir en contra de nada.
Qué extraño!
Parece que hace mil años, y aún no hace ni un año que empecé a escribir en este blog. Cuantas cosas han cambiado desde entonces.
Empecé el año con muy mal pie, los que estuvisteis cerca lo sabéis. Con muy mal tendón, en una circunstancia muy extraña, que nunca hubiera imaginado. Tumbado en la cama de un hospital, junto a una persona que me quería mucho, sintiéndome extraño y culpable por no sé qué. No lo sé explicar, pero me sentía culpable, un lastre (aún cuando lo recuerdo me siento así), pero sólo fue el principio. Luego vendrían meses de baja, de leer mucho, de pensar poco, de sonreír a la fuerza, de darle la vuelta la vida, aunque la vida insistiera en volverme a dar un trasquilón al corazón.
Había que volver a darle la vuelta a la vida y por eso, quizás por esas circunstancias, valoro muy pobremente este 2005, a pesar de que podía ser peor, y que pueda sacar muchas cosas positivas de esos golpes que da la vida.
Este 2005 ha sido el año de la modernización. Lo material, el dinero, ha barnizado la melancolía, las personas que me han rodeado han pintado del color del arco iris este año.
Primero fue un portátil, y luego el coche (que ocupan poco espacio en una línea, pero ocupan mucho más como agujeros en mi cuenta corriente); luego fueron los viajes. Este año estuve primero en Alcoy, luego en Palma y luego en Benageber; pero este verano se desató la caja de los viajes. Y primero fue Granada, Córdoba, Madrid, luego fue Londres, Goteborg y Skövde, luego de nuevo Mallorca e Ibiza. Luego, ya con mi coche, volvió a ser Madrid, Roquetas de Mar (Almería), Murcia, Glasgow (ahí no fui con mi coche), Teruel, Barcelona… No será por viajes.
Y lo último fueron las personas, las que ya estaban y siguen estando, las que estaban y pintaban, pero cada vez pintan más. Las que estaban, pero ahora han cobrado protagonismo y las que no estaban, quizás las que más me han sorprendido, porque yo ya creía que a esta edad uno ya no estaba para hacer amigos, y ahora están.
Gracias a Toni, Filo y Saúl, por estar en mi vida unos, y por aparecer otros, dándole ese brochazo que necesita mi vida. Gracias a Sarah, por hacerme sentir necesario. Gracias a mi maestro jedi, por hacerme un hueco en la luna de Endor, por darme un rincón antiguo donde pensar, y vivir en la tranquilidad que da no tener ni idea de lo que está hablando todo el mundo, por acogerme en tu vida, en tu casa y en tu corazón sin pedir muchas explicaciones. Gracias por acercar a mi vida a personas que en pocos meses se han convertido en tan importantes. Gracias a mi querido bunker; a Ana, porque vamos a pasos gigantes conociéndonos, porque estás todos los días en mi vida y te has convertido en imprescindible, a Luis, por una de cal y una de arena, por darme importancia en tu vida, o por hacerme sentir importante. A Su, a Amparo, por tantas cosas que no sé explicar, porque quizás las palabras no las explican. A Encarni, por aparecer de golpe en mi vida y hacerse tan necesaria, por entenderme tan bien unas veces ,y otras tantas no tanto, y por abrirme las puertas de su casa y su corazón; a Laura, Mariano, Arantxa, Fernando… Por hacerme un hueco en vuestro espacio, por dejarme participar de vuestra vida, y enseñarme tanto. A M. Luz, a Mercedes, a Mónica, a Marta, a Maria José, todas ellas saben porque, y cuando le pusieron color a mis días. A los flaquillos, a los que estaban, Abelito, Interno, Paris (mil gracias por hacer un sueño realidad), Bohe, y tantos otros. Y especiales las gracias a Sara, por hacerse el hueco que se ha hecho en mi vida. (Sé que me olvido a mil personas, mil perdones por ello). Y gracias a Eva, como no, por el tiempo y por tanto que no se puede explicar.
Lo último que voy a destacar de este año van a ser las veces que he visto en esta recta final, cuatro veces en tres conciertos y un recital: Gracias por ser la banda sonora de mi vida.

1 comentario:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.