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sábado, 15 de agosto de 2009

La desgracia de tener ingenio

No es fácil la vida cuando tienes ingenio,
cuando tu mente es tangencial, divergente
y cuando nadie entiende lo que quieres decir.
Las cosas que hacemos tienen sentido si luego las podemos contar,
si alguien se rie de nuestras gracias,
si alguien nos escucha, no no, más bien si alguien nos entiende.
La desgracia de tener ingenio es que nadie nos entiende.
Algo si entienden, pero a distancia de lo que pretendemos decir.
Está claro que puedes bajar el nivel,
pero es igual que andar cuando lo que te gusta es correr.

Por eso me caes bien, por eso te tengo cerca de mi.
No queda muy correcto decir que soy ingenioso,
que soy extremadamente inteligente para el grueso de los mortales,
por eso nunca he presumido de ello, ni he hecho el mínimo comentario.
No me siento orgulloso de ello, entre otras cosas
porque sólo son capaces de entenderlo los ingeniosos.
Es como tener un grupo de sangre incompatible con la gran mayoría.
Sin embargo, sin haber hablado nunca de ello contigo,
sé que tu sabes que algo nos separa del resto de los mortales,
sólo tu entiendes mis palabras como yo tengo intención de decirlas
y sólo yo entiendo los posos de tus gestos, que al resto le pasan desapercibidos.

Por eso te quiero, por eso te entiendo,
y por eso comprendo la desgracia de tener ingenio

1 comentario:

bimbo dijo...

excelente!