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lunes, 20 de junio de 2011

Sólo tu me sabes hacer café

Abrazado entre tus brazos, hubiera jurado que existía un perfume de café

o que habías vertido el contenido de tu desayuno sobre ti,

que había recorrido los pliegues de tu cuerpo

y se había quedado alojado el aroma del cafe en él.

Te besé y lo descubrí, te besé en el cuello y el aroma exhalaba de ti.

A medida que mis besos iban registrando los poros de tu piel

iba descubriendo matices distintos, hasta encontrar la esencia del grano

cuando quedé abrazado por tus piernas.

No sólo olía en tí sino que también sabías a café.

Mi vista se nubló y el sabor se convirtió en mi objetivo.

Te miraba incrédulo: no podía ser,

no podía ser que tu conocieras mi debilidad por esa especia,

no podía ser que imaginaras que no sería capaz de saciarme.

Ya no era darte placer lo que buscaba sino saborearte con fruición.

Desesperadamente buscaba, como si el tiempo fuera a terminar,

todos y cada uno de los sabores de tu cuerpo.

Mi lengua se deleitaba recorriendo tu sexo, leeeeentamente,

disfrutando y olvidándome que tu también lo estabas haciendo.

olvidé tus gemidos, los estertores de tu cuerpo y la llegada de tu orgasmo.

No pude parar de saborearte hasta recriminarte que te hubieras corrido tan pronto



3 comentarios:

The Goddess Evicted dijo...

Mira,Companero en el Amor. Soy mujer y no soy experta en poesia. Aun asi, te quiero comentar. Encuentro las letras de este texto ofensivas, sin sensiblidad ninguna hacia la mujer que lo lea. Bien parece una masturbacion intelectual, ni siquera eso. Una fantasia bellaca. A mi me descubre tu falta de sofisticacion y tu percepcion sobre las mujeres que parecen mas que seres humanos completos, unos receptaculos de esperma adornados. No me inspira nada positivo sino repulsion.

Y bueno, ahi tienes un comentario.

hamtaro_hamt dijo...

Las cosas siempre puden parecer perversas y sucias, no es el uso del lenguaje sino la interpretacion que le damos y eso es individual. A mi, y no por ser hombre, si no poruqe tambien puedo ser pasivo y mi cuerpo objeto, pero creo que si alguna vez alguien respira con placer lo que transpiras entonces es un alago nasal. Además el aroma del café es rico, para nada ofensivo.

Rafa dijo...

Gracias a los dos por los comentarios