Me tumbo mientras exhalo en aire
doy el día por concluido
doy mi vida por dada en el día de hoy
pienso que no hay nada más en que pensar
ni nada más que hacer
unicamente espero que el silencio me acompañe
en estos últimos momentos de mi vida
de la vida que he vivido hoy
sin embargo el sonido del silencio
se convierte en un sonido agradable,
lo acompaña un grillo frotando sus patas
que dibujan en mi rostro una sonrisa
y el croar de varias ranas
en proceso de apareamiento,
bueno, eso me lo imagino yo.
El sonido armonioso de ranas y grillos
me produce tranquilidad
y se acompaña por una brisa fresca
con olor a hierba fresca
que me transportan a la gloria.
No esperaba este regalo de la madre naturaleza.
Con esas sensaciones me acuesto
Me despierto sin prisas sin saber porqué
cuando abro la mente, que no los ojos
recuerdo haber escuchado el aleteo de un gallo
antes de que cantara.
Oigo entonces otro gallo desde mucho más lejos.
Sonrío y abro lentamente los ojos.
Dirijo mi mirada hacia la ventana
hecha de tablones de madera
y que cierra la única salida al exterior.
Veo, a pesar de ello, la penumbra entre sus grietas.
No tengo reloj, ni lo quiero tener,
no me hace falta para saber
que aún es demasiado pronto para amanecer.
Me vuelvo a dormir, la noche me da una tregua
que terminará alguna hora más tarde
cuando los pájaros que se sitúan muy cerca de mi ventana
decidan que es el momento para cantar
y dar los buenos días a la mañana
1 comentario:
Me gusta, ha valido la pena esperar hasta el 25. Al leerlo transmite tranquilidad, por lo menos a mi.
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