Noticia


jueves, 18 de agosto de 2005

Y la vida siguió como siguen las cosas que no tienen mucho sentido


Ayer encendí una de esas velas que aún me quedaban guardadas por algún cajón
entonces sentí repicar las campanas desordenadas en mi corazón,
mi piel se estremeció
y lloré
me sentí vacío

Luego sólo pude sonreír y
dar las gracias a Dios
por ponerle en mi camino

2 comentarios:

Sebastian Lineros dijo...

Por él os tengo a vosotros

Anónimo dijo...

Lo único que se me ocurre es cantar para adentro: "Nada te turbe, nada te espante..."