Noticia


lunes, 22 de mayo de 2006

El sueño de Karina

Desde pequeña, Karina quería ser una de las principales bailarinas del Ballet Bolshoi, en Moscú.Sus padres lo sacrificaban todo para que la hija pudiese hacer realidad su sueño.
Los muchachos que la conocían ya se habían resignado: en el corazón de la chica solo había sitio para el ballet.

Después de mucho luchar, Karina consiguió una audiencia con el director del Bolshoi, que estaba seleccionando aspirantes para la compañía. Bailó como si fuese el último día de su vida, en cada movimiento puso todo lo que sentía y había aprendido, como si se pudiera contar una vida entera en un único paso.
Pero al final suspendió.

En el viaje de vuelta a su pueblo, entre lágrimas, imaginaba que aquel “no” jamás dejaría de sonar en su mente. Pero como era lo único que sabía hacer, siguió bailando. Diez años más tarde, Karina, ahora ya profesora, hizo acopio de valor para ir a la presentación anual del Bolshoi en su región. Se sentó bien al frente y se dio cuenta de que allí estaba el hombre que la había suspendido.
Tras el concierto, se acercó a él y le contó cuánto le había dolido, años atrás, haber oído de sus labios que no sería capaz de ingresar en la compañía.
- Pero, hija mía... -dijo el director-, si yo eso se lo digo a todas las aspirantes. “Siento decírtelo, pero nunca habrías podido llegar muy lejos si fuiste capaz de abandonar tu sueño por la opinión de otra persona”.

Paulo Coelho

5 comentarios:

Anónimo dijo...

la lectura de hoy, en tu blog, me viene como anillo al dedo.Muchas gracias, ni puesto a posta. Muchas gracias de nuevo,gran amigo!!.Que maravilla de concierto que disfrutastes, cuanto me alegro!!que suenen siempre notas tan afinadas en tu vida.Besos

Anónimo dijo...

Si el objetivo era que no abandonase su sueño...¿por qué no le dijo un..."ahora no, pero sigue intentándolo"? le hubiese ahorrado mucha mala sangre...¿no?
¿por qué tiene que ser todo tan complicado?

libertad dijo...

...cuestan las palabras dulces, cuestan las sonrisas de aliento...No sé muy bien por qué, pero es tan habitual, que supongo que es precisamente por eso por lo que se hace todavía más importante que no dejemos de confiar en nosotros mismos (aunque en ocasiones falten esas palabras o esas actitudes de aliento).

Sebastian Lineros dijo...

Ese era un hijolagran... me vi a callá.Ultimamente aprendo que se consigue mcuhísimo más alentando a las personas con lo que ya saben q marcándoles aquello en lo que deben mejorar.Pero en fin.Un saludo compañero

Anónimo dijo...

lo mágico Lorena, es resistir más allá de tu resistencia.A mi me jode, que me machaquen para que valoren mi cuantía o mi resistencia. Con palabras de aliento mucho mejor....y así no hace ni falta la magia¡¡