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viernes, 19 de mayo de 2006

6 de la mañana

Acuciaba el despertador
cuando la descubrí acurrucada
como un gato en celo sobre mí,
rozando su vientre sobre el mío,
acompasando los latidos de mi corazón
a los vaivenes de su pelvis.
No hay mejor manera de empezar el día
que descubriendo en un mismo compás
su orgasmo y el mío,
clavada su mirada en la mía,
sólo pude pensar,
hoy tiene que ser un gran día

2 comentarios:

libertad dijo...

ves, tonto, no todos los días son iguales. Me alegro
Un besote

Anónimo dijo...

A las 6 de la mañana a unos les despiertan con gemidos y a otros nos despiertan con berridos... ¡qué injusta es la vida! :p

Enhorabuena a los premiados, tigretón