Mis alumnos saben que he estado en la selva,
que he estado en la cárcel,
que he estado en la calle
y en tantos sitios,...
que un día me preguntaron
¿Qué era lo más importante que había hecho en mi vida?”.
Sabía que mis alumnos esperaban una aécdota de cualquier viaje,
Entonces les respondí:
Lo más importante que he hecho en la vida,
tuvo lugar el 24 de agosto del año 2005.
Comencé el día tomnando un café con un amigo
al que no había visto en mucho tiempo.
Entre sorbo y sorbo de café
me contó que su esposa y él acababan de tener un bebé.
Mientras hablábamos, llegó el padre de mi amigo,
que consternado, le dijo que
al bebé se lo habían llevado de urgencia al hospital.
En un instante, mí amigo
se subió al coche de su padre y se marchó.
Yo, por un momento, me quedé donde estaba,
sin saber que debía hacer.
¿Seguir a mí amigo al hospital?
Mí presencia allí, me dije, no iba a servir de nada,
pues la criatura estará al cuidado de médicos y enfermeras,
y nada de lo que yo hiciera o dijera iba a cambiar las cosas.
¿Brindarle mi apoyo moral?
Eso, quizás,
pero tanto él como su esposa provenían de familias numerosas,
y sin duda estarían rodeados de parientes,
que les ofrecerían el apoyo necesario.
Lo único que haría yo sería estorbar.
Así que decidí ir mas tarde al hospital a visitar a mi amigo.
Al poner en marcha mi coche,
me percaté que mi amigo había dejado su coche con las llaves puestas,
estacionada junto al mío.
Decidí pues, cerrar el auto e ir al hospital a entregarle las llaves.
Como supuse, la sala de espera estaba llena de familiares.
No tardo en presentarse un médico, que se acercó a la pareja y,
en voz baja les comunicó que su bebe había fallecido.
Los padres se abrazaron y lloraron,
mientras todos los demás los rodeamos en medio del silencio y el dolor.
Al verme mi amigo, se refugió en mis brazos y me dijo:
Esto, es lo más importante que he hecho en mí vida,
Primera: lo más importante que he hecho en la vida,
Tercera: aprendí que la vida puede cambiar en un instante.
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